Este año marca el décimo aniversario de mi aventura amorosa con las portátiles de 3 libras.
En 1998 caí prendado de la novedosa Sony Vaio 505G de una pulgada de grueso y he mantenido viva esa llama con un par de sus sucesoras. Pero ahora la unidad que durante cuatro años he llevado a todas partes tiene una Webcam que no funciona y un teclado con s...