La recién lanzada aplicación Google Wallet –sólo disponible en el teléfono Sprint Nexus S 4G– emplea la tecnología de comunicaciones de campo cercano (NFC) para que los clientes de una tienda física puedan pagar sus artículos acercando su teléfono al lector de PayPass instalado en la tienda. Probé la aplicación en San Francisco y la encontré fácil de usar, aunque se atascó una vez durante 20 minutos mientras registraba un pago. Desafortunadamente, en dos de las cinco tiendas que visité, los lectores de PayPass estaban rotos o funcionaron mal, una situación que tiene que corregirse rápidamente para que esta aplicación tenga éxito como nuevo método de pago confiable. En el teléfono de prueba que recibí, Google había instalado ya un PIN (número de identificación) para usar en Google Wallet. Cuando se escribe el PIN, se enciende el chip de “elemento seguro” del teléfono, permitiendo así las transmisiones entre la antena de NFC y el lector de PayPass. Mientras no se escriba el PIN, el chip estará apagado y cuando la pantalla del teléfono está apagada, la antena de NFC también lo está; esto impide las compras accidentales, o que le roben su dinero por medio de un lector NFC malicioso. Normalmente, usted debe escribir el PIN cada 5 minutos. Para reducir esa molestia, ajusté el período de actividad en 15 minutos. En mis pruebas, efectuar los pagos resultó fácil: el teléfono produjo una vibración rápida y el lector emitió un sonido electrónico al terminar la transacción. Algunas de las compras que realicé requerían una firma, así que usar Google Wallet no me ayudó a completar la transacción más rápido; no obstante, alcanzar mi teléfono fue más fácil que hurgar en mi mochila para encontrar mi tarjeta de crédito y mi billetera física. Cuando funciona como es debido, la aplicación Google Wallet es una forma realmente fácil de realizar pagos, y cuando la aplicación se atascó, el error se corrigió relativamente rápido. Pero para que Google Wallet triunfe los lectores de PayPass instalados en las tiendas tienen que funcionar mejor o ser más fáciles de reparar. –Megan Geuss