La nueva versión de Ubuntu –en la que se centran muchas expectativas–está diseñada con el usuario final en mente, por lo que se incorporan cada vez más detalles típicos de los sistemas modernos, desde un arranque totalmente gráfico hasta opciones de instalación simplificadas.
El arranque del sistema –atípico para Linux– esconde algunos detalles que los usuarios expertos podrán extrañar, pero los nuevos usuarios se sentirán más cómodos al obviarlos. El programa que permite esta carga inicial está disponible para que otras distribuciones de Linux la puedan incorporar también y recibe el nombre de Upstart, y además de permitir un arranque más atractivo, es más rápido y eficiente que el proceso anterior.
Otro aspecto clave de la distribución ha sido simplificar aún más el proceso de instalación, por lo que se realizan menos preguntas y más procedimientos de detección automática. Inclusive, se puede realizar la instalación desde una memoria USB, algo pensado para las netbooks que no cuentan con unidades ópticas.
Pero no por ser más amigable, esta versión es menos poderosa. Ubuntu One –que facilita el acceso a aplicaciones en la nube– es un componente más del escritorio.
Esta versión incluye mejoras en la administración de conexiones 3G a Internet para ayudar a los usuarios móviles, e incluye el navegador web Firefox, que ha sido actualizado a la versión 3.5.