Usted puede renovar su PC de escritorio insertándole una nueva tarjeta de gráficos.
Equipo básico de instalación
1. Linterna con baterías
2. Destornilladores variados
3. Pinzas retráctiles
Es difícil seleccionar la mejor tarjeta de gráficos para mejorar su tarjeta vieja. A fin de cuentas, lo que usted quiere es una instalación equilibrada: con demasiada potencia, la unidad de procesamiento gráfico se queda sin nada que hacer en medio de los juegos, esperando a que la CPU termine lo que está haciendo; y con escasa potencia la CPU es la que espera por la GPU para que termine sus tareas. En ambos casos, su juego no lucirá ni se comportará como usted quiere.
La buena noticia es que en los últimos meses AMD y Nvidia han presentado su segunda generación de tarjetas de gráficos compatibles con DirectX 11. Estas GPUs mejoradas ofrecen mejor desempeño, además de conjuntos de características más robustos. En algunos casos, las nuevas tarjetas de nivel intermedio (en la escala de US$200 a US$300) superan a las tarjetas de gráficos más antiguas que hace varios años valían US$500 o más.
Para el ejemplo presentado en este artículo, renové un sistema de escritorio que empleaba un procesador Intel Core 2 Quad Q9650. Esta CPU era uno de los modelos más rápidos disponibles durante la generación anterior del Core de Intel, pero ahora se encuentra en el promedio. Esto significa que una buena tarjeta de gráficos de nivel intermedio (US$260 o menos) es la opción apropiada para esta PC; cualquier cosa más cara sería una exageración. Esta computadora recibió una actualización a Windows 7 cuando apareció la versión oficial de ese sistema operativo.
La plataforma es también algo que debe tenerse en cuenta. Algunas de las tarjetas de gráficos más nuevas, como la línea Radeon HD 6900 de AMD, pueden ser bastantes largas y es posible que no quepan en ciertos chasis. El chasis para la PC de escritorio de mi ejemplo es un antiguo diseño Antec Sonata Designer 500, que no tiene la profundidad interna necesaria para las tarjetas más largas, por lo cual una tarjeta de nivel intermedio es obligatoria.
El tercer punto a considerar es la fuente de alimentación. Si usted ya tiene un monstruo de 900W, puede mejorarlo con casi cualquier tarjeta de gráficos. Si tiene una fuente de alimentación más ordinaria —una unidad de 500W o 600W, por ejemplo— esto limita sus opciones. Algunas tarjetas de gráficos de alto nivel consumen cantidades importantes de corriente durante el inicio y durante momentos de mucha carga, lo cual puede abrumar a una fuente de alimentación modesta.
Sin embargo, incluso dentro de estas limitaciones, sus opciones para la tarjeta de gráficos son numerosas. Mi tendencia es optar por tarjetas más nuevas de nivel intermedio, que pueden ofrecer un desempeño impresionante, en especial con monitores individuales que ahora suelen tener resoluciones de 1.920 por 1.080 píxeles. Por un precio de cerca de US$200, probablemente me decidiría por una Radeon HD 6870. Por alrededor de US$250 a US$270, escogería un Nvidia GeForce GTX 560 Ti. Ambas tarjetas cumplen su misión a resoluciones de 1080p. Al final, todo depende del presupuesto que usted tenga.
En la PC que utilizo como ejemplo, sustituí una tarjeta GTX 260 por una GTX 560 Ti construida por Asus. Comparada con las normas de hoy, la GTX 260 es bastante anémica. En cambio, la Asus GTX 560 Ti DirectCU II, que actualmente cuesta entre US$250 y US$270, debe mejorar el desempeño considerablemente.