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Tecnológicas apuestan por capturar carbono en fábricas de papel

Google y otras marcas financian estrategias innovadoras para reducir emisiones de carbono en plantas de tratamiento y fábricas de papel.

Empresas como Google, Salesforce y H&M están invirtiendo en soluciones poco convencionales para reducir sus emisiones de carbono: las plantas de tratamiento de aguas residuales y las fábricas de papel. A través de un plan de 80 millones de dólares, estas compañías buscan extraer dióxido de carbono de la atmósfera, aunque las estrategias aún no han demostrado un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático.

Una inversión millonaria en startups de captura de carbono

Del total del plan, 32.1 millones de dólares fueron destinados a CREW, una startup que busca capturar emisiones de CO2 en instalaciones de tratamiento de aguas residuales. Otros 48 millones se asignaron a CO280, una empresa que implementa tecnologías de captura de carbono en fábricas de pulpa y papel.

Ambos acuerdos fueron gestionados por la iniciativa Frontier, liderada por Stripe, Google, Shopify y McKinsey Sustainability, que colabora con empresas interesadas en alcanzar metas de sostenibilidad.

Los costos y retos de la captura de carbono

La captura de carbono sigue siendo un proceso costoso. Las tecnologías de captura directa de aire pueden llegar a costar 600 dólares por tonelada de carbono. Sin embargo, los acuerdos de Frontier han logrado reducir estos costos a 447 dólares por tonelada con CREW y 214 dólares por tonelada con CO280.

A pesar de estas reducciones, los costos aún superan los 100 dólares por tonelada, el objetivo que la industria considera sostenible. Esto plantea desafíos significativos, especialmente para empresas como Google, que emitió 14.3 millones de toneladas métricas de CO2 el año pasado.

Tecnologías detrás de CREW y CO280

CREW: Esta startup emplea minerales alcalinos en los tanques de tratamiento de aguas residuales para capturar el CO2 producido por microbios. El dióxido de carbono queda atrapado en el agua como bicarbonato, que luego se traslada al océano, actuando como un sumidero natural de carbono.

CO280: Esta empresa utiliza tecnologías desarrolladas por la industria de combustibles fósiles para capturar CO2 en chimeneas industriales. En las fábricas de papel, sus dispositivos se instalan en procesos que queman “licor negro,” un subproducto de la producción de pulpa. El carbono capturado se almacena de forma permanente en pozos subterráneos.

Críticas y desafíos ambientales

A pesar de las promesas de estas tecnologías, existen preocupaciones significativas:

  • Impacto energético: El proceso de captura de carbono consume grandes cantidades de energía, lo que genera más emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Sostenibilidad: La tala de árboles y el transporte de madera para fábricas de papel contribuyen a las emisiones, además de los retos de gestionar plantaciones de forma sostenible.
  • Distracción del problema central: Algunos ambientalistas consideran que estas iniciativas desvían la atención de la transición esencial hacia energías limpias y la reducción directa del uso de combustibles fósiles.

El camino por recorrer

Aunque las tecnologías de captura de carbono ofrecen soluciones innovadoras, aún no sustituyen las acciones fundamentales necesarias para mitigar el cambio climático. El verdadero impacto dependerá de cómo estas iniciativas se integren con un compromiso más amplio por parte de las empresas para reducir las emisiones en su origen y promover fuentes de energía renovable.