Investigadores han demostrado que es posible duplicar la velocidad de transmisión de datos en las redes de comunicación sin la necesidad de frecuencias adicionales.
Los investigadores de la Universidad de Stanford han demostrado que es posible duplicar la velocidad de transmisión de datos en las redes de comunicación sin la necesidad de frecuencias adicionales, algo que podría dar lugar a la creación de redes inalámbricas mucho más rápidas.
Descrito por sus inventores como "simple y eficaz", la nueva técnica se basa en tres antenas, en lugar de los dos que se encuentran en los dispositivos inalámbricos 801.11n. Con ella se logra la comunicación full-duplex en la misma frecuencia (es decir, simultáneamente se pueden enviar y recibir datos), algo que se consideraba hasta ahora físicamente imposible.
El espectro radioeléctrico está cada vez más congestionado y aumentar las velocidades sin necesidad de frecuencias adicionales es el Santo Grial de la ingeniería eléctrica. Cuando un dispositivo transmite por radio, sus emisiones son demasiado fuertes para que pueda recibir las señales. Es como dos personas conversando, si usted está hablando, es imposible escuchar lo que otro está diciendo. Ambas partes deben tomar turnos para hablar, y en general así es como las transmisiones de radio han trabajado hasta ahora.
El truco detrás de duplicar las velocidades es utilizar algo parecido a la cancelación de ruido que se encuentran en alguos auriculares. Debido a que el dispositivo que transmite sabe exactamente lo que él envío, se puede filtrar esto para escuchar transmisiones más débiles. Por lo tanto, las comunicaciones de dos vías en la misma frecuencia pueden ocurrir.
"Los libros de texto dicen que no puedes hacerlo", dice Philip Levis, un miembro del equipo detrás de la invención y profesor asistente de ciencias de la computación e ingeniería eléctrica en Stanford. "El nuevo sistema cambia completamente nuestros conocimientos previos acerca de cómo se pueden diseñar las redes inalámbricas. "
El equipo detrás de la invención la mostró en la MobiCom 2010 –una reunión de expertos en redes móviles– y ganó un premio a la mejor demostración. Algunos investigadores les dijeron que no esperaban ver que funcionara, y cuando lo hizo, dijeron que era tan obvio que era probable que ya lo hubieran inventado.
Todavía hay mucho camino por recorrer antes de que la tecnología funcione en los equipos de consumo o de negocios. Por ejemplo, los investigadores todavía están trabajando en una forma de que su invención pueda trabajar sobre las distancias requeridas para las redes inalámbricas típicas.
Además, las redes inalámbricas se basan en normas que deben ser adoptadas por todos los fabricantes, por lo que se puede utilizar un ordenador portátil Dell con un router D-Link, por ejemplo. Estas normas son controlados por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), y la invención tendría que ser aprobado por el grupo de trabajo del estándar 802.11 antes de ser enunciado en una nueva norma. Eso puede tomar años, aunque el progreso puede ser acelerado por no requerir nuevas frecuencias.
El equipo también está solicitando una patente sobre su trabajo – lo que podría restringir las implementaciones de la tecnología – y limitar su uso a los fabricantes que puedan darse el lujo de pagar una cuota. Debido a esto, la tecnología podría manifestarse en los futuros dispositivos Wi-Fi como una extensión de los estándares inalámbricos existentes, que puedan utilizarse sólo si el dispositivo informático que recibe también tiene la extensión.
Esto no es poco común entre los fabricantes de dispositivos inalámbricos. Es fácil imaginar una empresa como Apple pagando por la tecnología que se utilizaría en su estación base AirPort y sus computadoras, por ejemplo, para duplicar las velocidades de red inalámbrica y dar a sus productos una ventaja competitiva.
Por Thomas Keir PC World (EE.UU.)