coches autónomos
Imagen original de National Geographic

El futuro de la conducción autónoma dependerá del factor humano

La llamada "dirección colaborativa" es la nueva metodología propuesta para impulsar la conducción autónoma

La “dirección colaborativa” es la propuesta de EPFL y JTEKT para impulsar la conducción autónoma y dependerá, en gran medida, del factor humano.

El nuevo proyecto de EPFL y JTEKT Corporation se centra en el desarrollo de la llamada “dirección colaborativa”, un modelo de conducción autónoma que consiste en la interacción activa entre los conductores humanos y los vehículos autónomos.

Antes de enfrentarnos a un escenario como el planteado en la serie de ciencia ficción “Upload”, en el que los coches autónomos y atendidos por inteligencia artificial son el estándar, y precisamente para evitar desenlaces como el de la serie, debemos pasar por unas cuantas fases intermedias. Por esto, resulta una prioridad encontrar un modelo que cuente con la intervención del conductor humano pero que permita una gradual incorporación de la conducción autónoma.

Muchos vehículos en el mercado ya cuentan con tecnología de conducción automática para cumplir roles auxiliares, como centrar el vehículo en el carril. Sin embargo, todos los estudios realizados hasta la fecha sugieren que delegar totalmente la conducción en el vehículo aumenta el riesgo de accidentes.

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Imagen original de Motorpasión| Espacio Toyota

Los desafíos de la conducción autónoma

En el presente los vehículos son manejados por humanos, impredecibles. Esto supone una complicación para introducir coches autónomos que parten de una programación inicial, sin mayor capacidad interpretativa ante lo inesperado.

En un escenario hipotético en el que todos los vehículos fueran ya autónomos estos podrían acompasarse, pero es precisamente la transición lo que resulta un verdadero desafío. 

Además, otra de las grandes barreras para la incorporación al mercado de la conducción autónoma es la desconfianza del público.

La “dirección colaborativa”

Uno de los objetivos principales de la “dirección colaborativa” será impulsar la aceptación social implementando un sistema que dé más control y seguridad al conductor. El enfoque de esta nueva metodología se basa en tres funcionalidades principales: interacción, arbitraje e inclusión.

Para poder realizar dicha transición a un universo de conducción automatizada, el primer paso será aceptar la importancia del conductor, que siempre deberá cumplir un rol activo.

La estrategia pues, consistirá en compartir el control con la máquina, de modo que se pueda delegar sin perder el estado de alerta en caso de que sea necesario.

Una de las interacciones físicas humano-robot más importantes en esta estrategia será la capacidad del conductor para alterar la ruta. La IA proyectará una trayectoria de desplazamiento que el vehículo seguirá a menos que el conductor decida interrumpirla.

Así, el conductor humano tiene total libertad para intervenir siempre que quiera, no depende ciegamente del juicio de una inteligencia artificial, y al mismo tiempo permite una coordinación constante entre ambos conductores.

Tal y como es relatado en The New Now, espacio de tecnología de Vodafone Business, el estudio realizó una evaluación cuantitativa con cinco participantes. Todos realizaron  una conducción colaborativa con el sistema propuesto, que demuestra tener resultados positivos. Eso sí, para conseguir cierta fluidez será necesario realizar varios ajustes al modelo, además de una personalización del sistema para cada conductor.