A medida que los usuarios se familiarizan más con Linux, invariablemente aprenden a apreciar (o por lo menos a tolerar) la interfaz de línea de comandos de la terminal.
Para un acceso rápido a la ventana de la terminal, recomiendo una herramienta conveniente llamada Tilda, que coloca la terminal en un menú desplegable arriba de la pantalla. Oprima una tecla y la terminal se despliega por debajo del panel. Oprima una tecla nuevamente y se repliega apartándose del camino.
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Para instalar Tilda, simplemente búsquela en el Synaptic Package Manager. Una vez que la haya instalado, tendrá que iniciarlo automáticamente con cada arranque, agregando una entrada en Sistema • Preferencias • Programas de inicio (pulse el botón Agregar y escriba tilda en los cuadros de Nombre y Comando). Las preferencias de Tilda le permiten crear una combinación de teclas para ocultar/mostrar el símbolo del sistema y yo uso <Ctrl>-<Espacio> (pulse el botón secundario sobre la ventana de Tilda y pulse Preferencias para cambiar la configuración).
Lo bueno de Tilda es que se mantiene en un segundo plano. Yo puedo comenzar una actualización del sistema con 'sudo apt-get upgrade', por ejemplo, y después ocultar la consola de Tilda hasta que termine. No corro el riesgo de cerrar accidentalmente la ventana de la terminal y así no cerraré los procesos que he comenzado.
También significa que no tendré varias ventanas de terminal inútiles, que cuelgan en el escritorio y tapan otras cosas. Similar a una ventana de terminal estándar, si oprime <Ctrl>-<Mayús>-T en Tilda abrirá nuevas fichas (simplemente escriba exit dentro de cada ficha para cerrarla).
Yo modifiqué la configuración de Tilda para que la ventana quede semitransparente y centrada, como aparece en la ilustración de arriba.
-Keir Thomas