Una encuesta realizada por la Cátedra Unesco Mujer, Ciencia y Tecnología, en tres ciudades de América Latina, afirma que es en la infancia cuando empiezan los estereotipos y la falta de incentivos para que las mujeres sigan el estudio de carreras vinculadas a la tecnología. Los prejuicios pueden colaborar a que la elección, y la definición de la propia vocación, se incline por otras carreras.
La falta de difusión de referentes femeninos locales con visibilidad en el área y los escasos programas de incentivo, becas y mentorías hacen que el porcentaje de inscriptas a carreras STEAM (vinculadas a la ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) sea menor al 17% según una investigación de la ONG Mujeres en Tecnología.
En una industria que actualmente tiene oferta de pleno empleo, las egresadas representan un 21% que, no obstante, obtienen mejores resultados académicos que los hombres. La deuda educativa reside en enseñar a jóvenes a poder apropiarse de la tecnología y formar próximas generaciones de innovadoras en esa materia. En contrapartida, desde la educación temprana no se favorece a la inclusión de adolescentes y poco es el incentivo a seguir el estudio de esas carreras.
Así lo proclaman Karina Pángaro y Rosana Fabris, ambas Mánagers de Ingeniería en Eventbrite, la plataforma de venta de entradas e inscripciones a eventos más grande del Mundo; quienes buscan concientizar acerca de la inclusión de las mujeres en generaciones venideras.
Eventbrite es una empresa de tecnología que cuenta con un 30% de colaboradoras mujeres en su filial local en Mendoza. La compañía las emplea en un 85% de puestos técnicos y 6 de cada 18 equipos de liderazgo ejecutivos están formados por mujeres. En asociación con Girls Inc. escogieron trabajar en conjunto para que niñas y mujeres conozcan y descubran este campo, se animen a tomar riesgos y a desarrollar sus fortalezas para ser parte de él.
Empoderar a las generaciones más jóvenes
Pángaro, graduada en Ingeniería en Informática, se encuentra impulsando esa iniciativa llamada Mendoza Girls Inc., orientada a estudiantes de colegio secundario, con el objetivo de alentar a las adolescentes a estudiar una carrera relacionada a la ingeniería.
“Lo que buscamos es mostrar que existen distintas carreras asociadas a la tecnología que no necesariamente deben ser ejercidas por hombres. Trabajando sobre la idea de que la ingeniería en informática es más divertida de lo que parece, que hay además un mercado laboral con miles de posiciones vacantes y cuya demanda de personal capacitado es altísima”, indica Pángaro.
Sobre la importancia de empoderar a las generaciones más jóvenes agrega que “todavía hay demasiados prejuicios en carreras que son sólo -para hombres- o -para mujeres-, estereotipos que empiezan en la infancia. Por ese motivo, es imprescindible alentarlas en la niñez, en mi caso fue mi padre quien fomentó en mi el interés por la Ingeniería y los juegos de ingenio. No debemos encasillar a los más chicos, la influencia que podemos ejercer en ellos es gigante.”
En tanto, Rosana Fabris agrega que “las generaciones más jóvenes nos van a impulsar a un cambio de paradigma, por eso es vital empoderarlas: dándoles lugar para participar y para enseñarnos nuevas formas de pensar. Una empresa que propicia equipos multigeneracionales y genera espacio y lugar para la interacción entre ellos, se beneficia íntegramente: es capaz de combinar experiencia e innovación, cautela y ganas de tomar riesgos, resiliencia y conocimiento de lo ya existente con un descubrimiento de nuevas cosas.”
Además, Pángaro y Fabris desde su rol buscan analizar qué acciones pueden realizar para atraer a mujeres a la industria y qué otras pueden hacer para mejorar la realidad de aquellas que ya están trabajando. “Una de las misiones que tenemos es demostrar que la mujer puede desarrollarse en cualquier campo relacionado a la ingeniería. Si específicamente nos enfocamos en la informática, creemos que es una profesión que se adapta 100% a la mujer, permitiéndole combinar su vida familiar junto con la laboral, dado que la mayoría de las empresas del rubro, aceptan el Work From Home como política y tienen flexibilidad en cuanto a horarios. Sin embargo, Karina agrega que “todavía hay muchas empresas que deben adaptar su infraestructura; una de las cosas que más me llamó la atención fue que en Eventbrite había una sala de maternidad, algo que nunca había visto en trabajos anteriores.”
Para Fabris “no hay una deuda propia del rubro para con las mujeres, la deuda es más bien a nivel sociedad, ya que no es un tema de género sino de diversidad. No nos predisponemos a desaprender del pasado y reaprender de acuerdo a nuestro presente. Tenemos que cuestionarnos sobre muchos conceptos a nivel laboral que contemplen a la diversidad y en cómo impacta en temas como la cultura de empresa, por ejemplo favoreciendo a que todos tengan las mismas posibilidades dentro de los equipos de trabajo”.
Poder incentivar a la población femenina a seguir carreras IT, integrando el conglomerado digital pero también creándolo y aportando visibilidad a diferentes temas habilitará al cambio de perspectivas. “Cuando como sociedad demos ese paso hacia pensar -fuera de la caja- y hacer de las empresas un lugar adecuado para la realidad de las personas que allí trabajan no se precisarán determinar políticas de género, sino que ya estarán concebidas dentro de la cultura de esas mismas organizaciones”, finaliza Fabris.