¿Puede un jugador de Fortnite o Warcraft ser el candidato ideal de una gran empresa? ¿Extrapolar los métodos de juego ayuda a mejorar procesos corporativos? Diversos estudios sugieren que sí.
Para una importante porción de la sociedad los videojuegos son concebidos como pasatiempos y en ocasiones peligrosamente adictivos. Pero lo cierto es que pueden ser herramientas de aprendizaje muy poderosas y extrapolables a otros ámbitos. También a la empresa.
Un estudio elaborado por investigadores del Missouri University of Science and Technology, remarcó a los videojuegos como pasatiempos y quitatiempos contemporáneos. Jugar en un equipo en World of Warcraft requiere unas habilidades similares a las de trabajar en un equipo dentro de una empresa.
“Las habilidades psicológicas que te exige un juego son muy similares a las que se exigen en una oficina”. Los componentes cognitivos que se activan en un juego de este corte como World of Warcraft o Fortnite tienen que ver con entender al adversario, con tejer estrategias para alcanzar el éxito y sobre todo con trabajar en equipo y en algunos casos gestionar equipos, unas cualidades que son muy valiosas en un entorno corporativo.
Gamificación, otra vertiente
Otra vertiente del mundo del gaming y aplicable al entorno corporativo es la tendencia de gamificar procesos de trabajo. Según Gartner, más del 70% de las principales 2.000 empresas a nivel global han lo han hecho ya. Las expectativas sobre sus beneficios son altas: la Universidad ya ha creado una cátedra sobre el tema.
Se trata de adoptar nuevas formas de trabajo integrando reglas y métodos diseñados para implicar a los trabajadores en determinadas actividades. Los procesos utilizan técnicas habitualmente usadas por diseñadores de juegos para conectar con los jugadores y las aplican a experiencias fuera de un entorno de juego para conseguir que los equipos humanos se adapten a los requerimientos.
Hablamos, en definitiva de colaboración, objetivos y premios por conseguirlos.