Sólo en Corea han solicitado el dispositivo más de 800 mil clientes, mientras que en el resto del mundo crecen los pedidos del nuevo equipo de Samsung.
A pesar del fiasco de los Galaxy Note 7 y de que Apple está experimentando un fuerte crecimiento en las ventas de sus dispositivos móviles, Samsung anunció que los pedidos previos para el Galaxy S8 y S8+ superaron a los de sus predecesores.
Y es que a pesar de la crisis del Note 7, que parecía apagar a Samsung en el mundo, el lanzamiento del nuevo dispositivo le dio un nuevo impulso y los pedidos no paran.
Sólo en Corea del Sur se han reservado más de 728.000 unidades. Aunque desde la compañía no han proporcionado cifras, se congratulan por la expectación generada “aunque hay que esperar para ver cuántas de las reservas se traducen en ventas”.
Una de las grandes características que propicia tal demanda es la promesa de una pantalla más grande que aprovecha los marcos del teléfono. Además, contará con un nuevo asistente de voz, Bixby, que no aparecerá en la primera remesa de dispositivos pero que estará disponible para finales de primavera.
El nuevo emblema de la marca surcoreana ha sido vigilado muy de cerca en todos sus procesos después de los casos de sobrecalentamiento e incluso explosión de los Note 7 que finalmente fueron retirados del mercado. De este modo, se probaron hasta 100.000 baterías con tal de no repetir un escándalo que mermó sobremanera la imagen de la firma.
En números, la empresa parece no haber notado esta crisis. Las previsiones hablan de un beneficio operativo de 8.800 millones de dólares para el primer trimestre del año, un 48% más frente al mismo período de 2016.