Invertirá $30.000 millones en una fábrica de chips a través del grupo Tsinghua para memorias DRAM y almacenamiento flash.
PC World en Español
China busca hacerse fuerte en la creciente batalla de chips contra Estados Unidos y, en esa línea, el país pasó de las amenazas a la realidad.
Tsinghua Unigroup será la encargada de hacer la hazaña e invertirá 30 mil millones de dólares en una nueva fábrica de fundición para crear chips.
La noticia llega apenas dos semanas después de que Estados Unidos acusara a China de manipular el mercado de chips y de reducir artificialmente los precios de los semiconductores. La dura conversación surgió en la Administración del expresidente Barack Obama, pero continuará bajo el mandato de Donald Trump.
La nueva fábrica, ubicada en Nanjing, desarrollará principalmente chips 3D Nand flash y DRAM para incrementar los mercados de semiconductores y almacenamiento del país. La primera fase de la inversión será de 10.000 millones de dólares, con los que se producirán 100.000 chips al mes en unas instalaciones de más de 600 hectáreas.
Más allá de la inversión en la fábrica de chips, Tsinghua Unigroup también desembolsará 4.300 millones de dólares para construir una ciudad complementaria internacional que contará con un parque tecnológico científico, una escuela, instalaciones comerciales y apartamentos.
En la actualidad, China tiene una pobre infraestructura para la fabricación de chips, pero esta inversión llenará en gran medida ese agujero y le permitirá ser autosuficiente en productos tecnológicos a largo plazo.
Estados Unidos está vigilando todos estos movimientos. A principios de este mes, un grupo de trabajo de la Casa Blanca declaró que China no estaba jugando limpio en el mercado de semiconductores, al reducir artificialmente el precio de los chips mediante la asistencia gubernamental.
El grupo de trabajo, llamado Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología (PCAST, por sus siglas en inglés), recomendó al país norteamericano que respondiera a la amenaza que representan los chips chinos invirtiendo más en innovación, en educación y en la creación de nuevos tipos de computadores cuánticos y neuromórficos.
Estados Unidos y China tienen agendas tecnológicas conflictivas, pues el país asiático ha dificultado que las empresas tecnológicas estadounidenses hagan negocios en el país. Por su parte, la nación americana prohibió en el pasado la exportación de chips de supercomputación a China, alegando que este país podría estar en contra de los intereses nacionales de Estados Unidos.