Si usted se toma la música en serio, considere los altavoces Audioengine A2 (US$199). Son capaces de llenar de sonido una sala sin ocupar demasiado espacio físico.
Activados por un amplificador integrado en un altavoz, los A2 caben perfectamente en su escritorio y producen un sonido grande que no parece originarse en altavoces tan pequeños (4 por 5,25 por 6 pulgadas). Los altavoces ofrecieron un rendimiento notable y excelente transparencia.
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Los A2 producen una buena cantidad de bajos sin tener un altavoz para esa función, pero no tantos como para estremecerle. No obstante, este pequeño juego de altavoces de escritorio debe estar entre las posibles adquisiciones de alguien que valore más la buena reproducción musical que el bajo retumbante.
-Tom Mainelli