Un grupo albano de hackers, cada vez más conocido, que busca hacerse un nombre en el próspero mundo del malware y crímenes informáticos.
Un hombre joven, delgado y fuerte, con la cabeza afeitada y vestido con una camiseta apunta directamente a la cámara en un inquietante video de YouTube. El hombre usa lo que parece ser un anillo de matrimonio, y desvía distraídamente la mirada del espectador.
Aunque resulta una imagen extraña para una publicidad, este video no promueve a una compañía tradicional. Es de un grupo albano de hackers, cada vez más conocido, que busca hacerse un nombre en el próspero mundo del malware y crímenes informáticos. Aparte del disparo del pistolero, el video exhibe imágenes de la pantalla de computadora, una mesa llena de dinero extranjero, y muchos vínculos a la página Web del grupo.
El malware es un gran negocio, y grupos como los hackers albanos están tratando de cobrar, usando las últimas herramientas de la Web 2.0: perfiles en redes sociales, blogs y otros contenidos multimedia disponibles y páginas Web. Los forajidos digitales están avanzando cada vez más hacia publicidad a gran escala y construcción de marca en sitios públicos y redes para hacer crecer su negocio clandestino.
No es ilegal
Pero espere un segundo – ¿Cómo puede esta gente quedar impune al tratar de vender programas para entrar en su PC o robar su identidad? Simple: vender malware no es directamente ilegal en los Estados Unidos (o en casi cualquier parte). Sólo es ilegal usarlo.
Mientras el malware clandestino crece, “se aleja de la tecnología hacia los negocios”, dice Zulfikar Ramzan, investigador principal en Symantec Security Response. Mientras los vendedores de virus detectan rápidamente las últimas vulnerabilidades en la seguridad o los trucos técnicos, “las verdaderas innovaciones son más negocios y mercadeo”, explica.
En apariencia, anuncios públicos parecen violar la regla número uno de cualquier actividad ilegal: No te hagas reconocido. Y es verdad, dice Ramzan, que “los más sofisticados son los más callados”. Pero desde que los creadores y vendedores de caballos de Troya y otras aplicaciones maliciosas no tienen un miedo real de repercusiones legales, no tienen razones de peso para ser tímidos.
Don Jackson, investigador principal del proveedor de servicios de seguridad SecureWorks, dice que el grupo albano es un equipo de hackers que entran en computadoras y redes. “Ellos quieren ser usados con propósitos criminales”, dice. Así que se publicitan. Otro video publicitario, esta vez de un grupo turco, promueve intensivamente un programa usado para entrar en PCs. El nombre del grupo y su logo (el rostro estilizado de un extraterrestre con el emblema de la media luna y la estrella turcas en la frente) ocupa el lugar principal en la interfase gráfica del programa, y el narrador del video pasea al espectador por un tutorial de más de cinco minutos sobre cómo usar el programa. Más de 17.000 personas lo han visto.