Científicos construyen computadora que lee la mente

Investigadores en la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh han desarrollado una computadora “lectora de la mente”.

Se espera que la máquina de lectura mental, que puede pronosticar los patrones de actividad en un cerebro creará una palabra específica, ofrecerá mejor entendimiento de cómo y dónde los cerebros almacenar información e incluso llevará a cabo tratamiento mejorados para desórdenes de lenguaje y limitaciones del aprendizaje.

Los investigadores usaron nueve voluntarios para entrenar el cerebro. A ellos les dieron 58 palabras y les preguntaron que opinaban que significaba y las propiedades de las palabras. El cerebro escanea cuando los usuarios estaban pensando sobre las diferentes palabras que luego fueron capturadadas usando imágenes de resonancia magnética, que identifica la actividad del cerebro en tiempo real.

“Si le muestro las imágenes del cerebro para dos palabras, la principal cosa que nota es que se ven mucho mejor de lo aparentan. Si las ve por un rato podría ver diferencias sustanciales”, explica Tom Mitchell del Departamento de Aprendizaje de Máquinas, que conduce el estudio.

”Creemos que hemos identificado un número de bloques básicos de construcción que usa el cerebro para representar imágenes. Ellos construyen bloques para ser usados como patrones de predicción para cualquier sustantivo concreto”, agregó Mitchell.

Los investigadores luego le dieron a la computadora dos nuevas palabras e imágenes y la hicieron agruparlas correctamente, lo que se completó exitosamente.

Mitchell dijo que el próximo paso podría ser el estudio de la actividad del cerebro para frases en lugar de palabras solas.

“Si digo “conejo” o “conejo rápido” o “conejo mimoso”, hay ideas muy diferentes”, considera Mitchell. “Quiero usar básicamente lo que es una clase de andamiaje para estudiar el lenguaje de proceso en el cerebro”.

Mitchell también resaltó una serie de problemas con la investigación.

“Puede ser difícil concentarse. En algún lugar en la mitad de esos gruñidos estomacales. Y de pronto pienso, tengo hambre, ups. No es un experimento controlable”.

-Por Carrie-Ann Skinner

PC Advisor

LONDRES

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