Pleo, la idea de un dinosaurio robotizado concebida por una compañía de reciente inserción llamada Ugobe, debía haber llegado para la Navidad del 2006, por un precio de US$200.
Cuando finalmente fue despachado a tiempo para esta pasada temporada festiva –podía adquirirse directamente en Ugobe, así como en los sitios de Amazon, Best Buy, Sharper Image y Target en la Internet– el precio del animalejo había subido a US$349.
A pesar de la demora, Pleo sigue siendo asombroso. Otros dinosaurios robotizados de juguete han salido y han desaparecido, pero Pleo no se parece en nada a ellos… ni a ningún otro juguete. Aparte de los ruidos decididamente mecánicos que el ciberreptil hace al moverse, es el juguete robótico menos parecido a un robot que he visto nunca.
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Ugobe lo llama un “ser vivo”, y desde luego que es notablemente animado para un robot. En vez de ser fabricado con una cubierta plástica dura, tiene una piel escamosa y sus ojos tienen párpados. El dinosaurio camina, con una zancada sorprendentemente vivaz. Le gusta jugar al tira y afloja con las cosas que le ponga en la boca, pero cuando se siente cansado, se duerme y ronca. Le encanta ser acariciado y odia que lo tomen por la cola. Lo más curioso es que parece que piensa (y, según Ugobe, aprende de sus experiencias y su inteligencia crece con el tiempo).
En resumen, Ugobe ha creado algo semejante a una caricatura tridimensional que interactúa con usted, o quizás una figura de AudioAnimatronic de Disneyland que usted se puede llevar a la casa. La compañía realizó esta hazaña integrando mucha tecnología en el Pleo. He aquí un vistazo rápido a los componentes de Pleo.
-Harry McCracken
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