El gusano Storm (tormenta) ha infectado tantas máquinas que es ahora una de las más poderosas supercomputadoras.
Una nueva supercomputadora, vasta y poderosa, ha sido liberada. Con más de un millón de CPUs y un petabyte de RAM deja en ridículo a su mejor competidor, la BlueGene/L de IBM que contiene 128,000 núcleos de procesamiento y 32 terabytes de memoria. Y la nueva supercomputadora esta creciendo más cada día.
Hay solo un problema con eso. Esta cantidad de poder de cómputo no reposa en una universidad, o en IBM o en una agencia de gobierno. Es la red de bots de Storm, capaz de enviar cantidades ingentes de SPAM y virus alrededor del mundo, y de lanzar ataques devastadores en contra de investigadores de seguridad y cualquier otro que se le oponga.
Una botnet (contracción de robot net o red de robots) es una red de computadoras infectadas con software malicioso y que pueden ser controlados de manera remota por un solo individuo. Los estimados varían, pero los expertos de seguridad creen que el gusano Storm tiene controlados un número de PCs que varía entre 1 y 10 millones de PCs, listas para bailar a su son.
El tope en hardware
Peter Gutmann, un científico en computación en la Universidad de Auckland en Nueva Zelandia, hace notar que las supercomputadoras reales superan a la netbot de Storm usando medidas tradicionales de rendimiento. Pero “el lugar donde Storm deja en el polvo a las supercomputadoras personales es en el número de recursos de hardware disponible (número de CPUs, total de memoria, y ancho de banda)” según escribió Gutmann en un correo electrónico.
Estas conexiones de red, que se estiman en millones, son el recurso más valioso para los malhechores detrás de Storm. Los que controlan las redes de bots o los llamados “pastores de redes” venden sus servicios, para envío de spam o para dirigir ataques, en la Internet. A mayor número de PCs infectadas en una red, mayor capacidad para enviar SPAM o mayor tráfico de ataque DoS generado, y se puede generar más dinero.
¿Quién está detrás del gusano Storm? Nadie lo sabe de manera cierta. Investigadores de la firma de seguridad F-Secure, de Finlandia, creen que tienen razones para sospechar que los principales cerebros son rusos. Adentro del código ellos se refieren a su odiado enemigo, la firma de seguridad Kapersky Lab, de Moscú. Algunos de sus software usan la palabra blydoshka, que F-Secure cree se deriva de la palabra rusa buldoshka que significa bulldog.