Colossal Biosciences revive la imagen del lobo terrible con ingeniería genética. Tres crías modificadas genéticamente en EE.UU. presentan características similares al extinto lobo gigante: pelaje blanco, mandíbulas poderosas y gran tamaño, pero científicos advierten que no reemplazan a la especie original.
Tres lobos modificados genéticamente, diseñados para parecerse al extinto lobo terrible (o “dire wolf”), están siendo criados en un lugar secreto dentro de Estados Unidos. Los animales, que tienen entre tres y seis meses de edad, ya pesan cerca de 36 kilos y podrían alcanzar los 63 kilos en la adultez. Presentan pelaje largo y blanco, así como mandíbulas musculosas, según informó Colossal Biosciences, la empresa detrás del proyecto.
El lobo terrible se extinguió hace más de 10.000 años y era considerablemente más grande que su pariente actual, el lobo gris. A pesar del parecido físico de estas nuevas crías, expertos independientes aseguran que esto no significa que la especie haya regresado a las praderas de América del Norte.
“El hecho de que se vea como un lobo terrible no significa que lo sea”, señaló Vincent Lynch, biólogo de la Universidad de Buffalo, que no participó en el estudio. “Lo único que puedes hacer ahora es imitar superficialmente a una especie extinta, pero no revivirla por completo”.
ADN antiguo y edición genética: cómo lo hicieron
Los científicos de Colossal analizaron ADN antiguo extraído de restos fósiles para identificar los rasgos que definían al lobo terrible. Estudiaron un diente de 13.000 años hallado en Ohio y un fragmento de cráneo de 72.000 años procedente de Idaho, ambos conservados en museos de historia natural.
Luego, tomaron células sanguíneas de un lobo gris vivo y modificaron genéticamente 20 segmentos utilizando la técnica CRISPR. Ese material genético se introdujo en óvulos de perro doméstico. Una vez listos, los embriones se implantaron en perras, y tras 62 días de gestación nacieron las crías.
Colossal ya había anunciado proyectos similares, como el intento de recrear animales parecidos al mamut lanudo o al dodo, aplicando técnicas de modificación genética en especies actuales.
No todo se hereda en los genes
Aunque estas crías puedan parecer lobos terribles, es poco probable que aprendan a comportarse como ellos. “Lo que probablemente nunca aprenderán es la técnica final para cazar un alce gigante o un venado adulto”, afirmó Matt James, jefe de bienestar animal en Colossal. Sin padres salvajes de los que aprender, su comportamiento será muy diferente.
Además del experimento con lobos modificados, Colossal también anunció la clonación de cuatro lobos rojos, utilizando sangre extraída de ejemplares silvestres del sureste de EE.UU., una población en peligro crítico de extinción. El objetivo es aumentar la diversidad genética dentro del grupo de lobos rojos criados en cautiverio para su conservación.
Según Christopher Preston, experto en fauna salvaje de la Universidad de Montana, esta tecnología podría tener aplicaciones más amplias en la conservación de especies. Aunque menos invasiva que otras técnicas de clonación, sigue requiriendo la sedación de animales salvajes para obtener muestras de sangre, lo cual no es tarea sencilla.
¿Restaurar el pasado o jugar con el futuro?
El CEO de Colossal, Ben Lamm, indicó que el equipo ya ha mantenido reuniones con el Departamento del Interior de EE.UU. para discutir los avances del proyecto. El secretario del Interior, Doug Burgum, celebró en X (antes Twitter) el anuncio como una “nueva era emocionante de maravillas científicas”.
Sin embargo, los científicos advierten que los animales modificados no pueden cumplir el mismo papel ecológico que cumplían sus ancestros extintos. “Por muy parecidos que se vean, los ecosistemas actuales no son los mismos. El lobo terrible ya no puede desempeñar su función ecológica original”, advirtió Vincent Lynch.
La pregunta sigue abierta: ¿hasta qué punto la ingeniería genética puede, o debe, devolvernos especies perdidas? Y, si no es la misma especie, ¿qué estamos realmente trayendo de vuelta?