Psicóloga del MIT Advierte Contra Enamorarse de la IA. Las relaciones con chatbots de IA son ilusorias y pueden afectar la salud emocional.
Pasamos cada vez más tiempo en línea: viendo videos, hablando con personas, jugando y más. Para algunos, estar en línea proporciona una escapatoria del mundo real, y para muchos, el mundo en línea les ayuda a socializar y conectarse. Mientras los humanos se conectan cada vez más con su espacio en línea, esta era de la IA también está llevando a las personas hacia relaciones con chatbots impulsados por IA, ofreciendo compañía, terapia e incluso compromiso romántico. Aunque al principio estas interacciones pueden aliviar el estrés y parecer inofensivas, según un nuevo informe de Sherry Turkle, socióloga y psicóloga del MIT, estas relaciones son ilusorias y ponen en riesgo la salud emocional de las personas.
Turkle, quien ha dedicado décadas a estudiar las relaciones entre humanos y tecnología, advierte que, aunque los chatbots de IA y los compañeros virtuales pueden parecer ofrecer consuelo y compañía, carecen de empatía genuina y no pueden corresponder a las emociones humanas. Su última investigación se centra en lo que ella llama “intimidad artificial”, un término que describe los lazos emocionales que las personas forman con los chatbots de IA.
Diferencias entre la Empatía Real y la Empatía Simulada
En una entrevista con Manoush Zomorodi de NPR, Turkle compartió conocimientos de su trabajo, enfatizando la diferencia entre la verdadera empatía humana y la “empatía simulada” exhibida por las máquinas.
Estudio máquinas que dicen: ‘Me importas, te amo, cuídame. El problema con esto es que cuando buscamos relaciones sin vulnerabilidad, olvidamos que la vulnerabilidad es realmente donde nace la empatía. Llamo a esto empatía simulada porque la máquina no empatiza contigo. No le importas.
En su investigación, Turkle ha documentado numerosos casos en los que individuos han formado profundas conexiones emocionales con chatbots de IA. Un caso involucra a un hombre en un matrimonio estable que desarrolló una relación romántica con una “novia” chatbot. A pesar de respetar a su esposa, sintió una pérdida de conexión sexual y romántica, lo que lo llevó a buscar validación emocional y sexual en el chatbot.
Según el hombre, las respuestas del bot lo hacían sentir afirmado y abierto, encontrando un espacio único y libre de juicios para compartir sus pensamientos más íntimos. Aunque estas interacciones proporcionaron alivio emocional temporal, Turkle argumenta que pueden establecer expectativas poco realistas para las relaciones humanas y socavar la importancia de la vulnerabilidad y la empatía mutua.
Desafíos y Riesgos de la Intimidad Artificial
Lo que la IA puede ofrecer es un espacio lejos de la fricción de la compañía y la amistad. Ofrece la ilusión de intimidad sin las demandas. Y ese es el desafío particular de esta tecnología.
Aunque los chatbots de IA pueden ser útiles en ciertos escenarios, como reducir barreras al tratamiento de salud mental y ofrecer recordatorios de medicación, es importante notar que la tecnología aún está en sus primeras etapas. Los críticos también han planteado preocupaciones sobre el potencial de consejos perjudiciales de bots terapéuticos y problemas significativos de privacidad. La investigación de Mozilla encontró que miles de rastreadores recopilan datos sobre los pensamientos privados de los usuarios, con poco control sobre cómo se usa o comparte esta información con terceros.
Para aquellos que consideran entablar una relación más íntima con la IA, Turkle ofrece un consejo importante. Ella enfatiza la importancia de valorar los aspectos desafiantes de las relaciones humanas, como el estrés, la fricción, el rechazo y la vulnerabilidad, ya que nos permiten experimentar una gama completa de emociones y conectarnos a un nivel más profundo.
Los avatares pueden hacerte sentir que [las relaciones humanas] son demasiado estresantes. Pero el estrés, la fricción, el rechazo y la vulnerabilidad son lo que nos permite experimentar una gama completa de emociones. Es lo que nos hace humanos.
Sabemos que el auge de la “intimidad artificial” plantea un desafío único mientras navegamos nuestras relaciones en un mundo cada vez más entrelazado con la IA. Aunque los chatbots de IA pueden proporcionar compañía y apoyo, la última investigación de Turkle destaca la necesidad de abordar estas relaciones con precaución y una comprensión clara de sus limitaciones. Como ella lo expresa sucintamente, “El avatar está entre la persona y una fantasía”, dijo. “No te apegues tanto como para no poder decir: ‘¿Sabes qué? Esto es un programa.’ No hay nadie en casa”.