Vivimos en un mundo en el que se crean 1.7MB de información cada segundo por cada habitante del planeta. Por lo cual, las unidades de almacenamiento son vitales para el funcionamiento de nuestra sociedad.
Elegir un SSD que se ajuste a nuestras necesidades es fundamental para garantizar que nuestra data estará disponible a un clic del ratón. Puede que te preocupe tu privacidad, o que la velocidad de acceso a tus datos es parte importante de tu día a día. Sea cual sea, existen muchas razones por las vale la pena que nos tomemos un tiempo para meditar a la hora de adquirir una nueva unidad SSD.
Pero, ¿Qué es lo primeo que debemos considerar a la hora de elegir una nueva unidad SSD?
Obviamente, la capacidad y el precio son importantes, y una buena garantía puede atenuar los temores de un incidente que pueda poner en riesgo nuestros datos. La mayoría de los fabricantes de SSD ofrecen una garantía de tres años. Algunos modelos de más alta gama tienen una garantía de cinco años, como los Firecuda de Seagate. Pero a diferencia de los viejos tiempos de las SSD, las unidades modernas no se desgastan con el uso normal de los consumidores.
Cómo elegir un SSD: Todo empieza con la conexión adecuada
Para empezar, se tiene que tener en cuenta es la tecnología utilizada para conectar la unidad SSD al equipo. El estándar de conexión es el primer, y gran, definidor de la velocidad de transferencia de datos. Esto significa que, no imorta que tengamos la unidad más veloz del mercado, será el puerto de conexión con la computador el que definirá la tasa de transferencia de datos.
SATA: Se refiere tanto al tipo de conexión como al protocolo de transferencia, que se utiliza para conectar la mayoría de los discos duros y SSD de 2,5 y 3,5 pulgadas dentro de las PC. Las velocidades de SATA III pueden alcanzar aproximadamente 600 MBps. Y la mayoría de las unidades de disco duro disponibles en el mercado lo superan.
PCI-E: Esta interfaz se conecta a cuatro de los carriles PCIe de tu computadora para aumentar las velocidades SATA, hasta casi 4 GBps por encima del PCIe gen 3. Este tipo de velocidades que se funden en la cara se combinan muy bien con las unidades NVMe sobrealimentadas. Tanto los carriles PCIe de la tarjeta madre, como la ranura M.2 pueden soportar la interfaz PCIe.
Además, se pueden comprar adaptadores que permiten introducir unidades M.2 “gumstick” en un carril PCIe. Las unidades PCIe 4.0 son significativamente más rápidas, pero requieren una CPU AMD Ryzen serie 3000 con una tarjeta madre X570 o una B550.
NVMe: La tecnología Non-Volatile Memory Express aprovecha el abundante ancho de banda del PCIe para crear SSDs de velocidades impresionantes que dejan en el polvo a las unidades SATA. Como por ejemplo la nueva Firecuda 530.
M.2: Aqya nos vamos a poner un poco más técnicos. Mucha gente asume que todas las unidades M.2 usan tecnología NVMe y velocidades PCIe, pero eso no es cierto. M.2 es solo un factor de forma. Claro, la mayoría de los SSD M.2 usan NVMe, pero algunos todavía se conectan a SATA. Haz tus deberes. Muchos Ultrabooks modernos dependen de M.2 para el almacenamiento, tal es el caso de las MacBook.
U.2 y mSATA: También puede que te encuentres con mSATA y SSD U.2, pero tanto el conectar de la tarjeta madre como la disponibilidad del producto son poco comunes. Algunos Ultrabooks más vejas incluían mSATA antes de que M.2 se hiciera popular. De hecho, las unidades de disco todavía están disponibles si las necesita.
SSDs vs. discos duros, una pregunta sencilla con una respuesta elaborada
Siempre recomendamos actualizarse a un SSD. Las velocidades de las unidades de estado sólido hacen que incluso los discos duros tradicionales más rápidos parezcan muy lentos. Basta con cambiar el disco duro de tu portátil o equipo de escritorio por una SSD para que parezca un sistema totalmente nuevo, y muy rápido.
La compra de una unidad SSD es, sin duda, la mejor actualización que puede hacer para una computadora.
Sin embargo, las SSD cuestan más por gigabyte que los discos duros tradicionales y, por lo tanto, no suelen estar disponibles en capacidades ultra altas. Si desea velocidad y espacio de almacenamiento, puede comprar una SSD con espacio limitado, y utilizarla como unidad de arranque. Luego configurar un disco duro tradicional como almacenamiento secundario en el equipo.
Coloca tus programas en la unidad de arranque, guarda tus medios y otros archivos en el disco duro, y estarás listo.