Desde el pasado 8 de septiembre de este año, en Chile, ya es posible cambiarse de institución financiera de manera expedita y rápida. Esto gracias a la Ley de Portabilidad Financiera, una iniciativa del gobierno que tras casi dos años de trámites, por fin se aprobó y entró en vigor en este país.
El primer punto a destacar con esta nueva ley es el aumento entre la competitividad de mercados, reducir costos y simplificar el proceso de cambio entre las instituciones de índole financiera, algo así como lo que sucede en el caso de la portabilidad numérica… A continuación, te diremos los 6 aspectos más importantes de esta ley:
Las entidades
Las entidades sujetas a la Ley de Portabilidad Financiera son todas las que están reguladas por la CMF (Comisión para el Mercado Financiero): bancos, empresas que dan seguros, empresas que ofrecen fondos de ahorro y empresas que ofrecen créditos de consumo, hipotecarios o automotrices.
Los productos portables
Absolutamente todos los productos financieros pueden ser portables. Tanto individuos como empresarios pueden portar uno o cuantos productos quieran. Pueden ser desde tarjetas hasta un refinanciamiento de crédito. El objetivo de esta nueva normativa es que la persona elija la mejor opción según sus necesidades.
La transparencia
Una de las grandes ventajas de esta ley es lo fácil que es comparar productos y servicios entre instituciones. Ahora, a través del formato estándar, los interesados pueden conocer detalles como tasas, comisiones e intereses y así elegir de manera rápida y sencilla.
El certificado de liquidación
El certificado de liquidación es un documento gratuito que se le solicita al proveedor actual, con el objetivo de conocer todos los productos financieros contratados, y así poder buscar la portabilidad en otra institución. Este documento lo puede pedir el cliente a su banco, o también lo puede hacer el nuevo proveedor.
El trámite
Con el certificado de liquidación en mano, el nuevo proveedor puede realizarle una oferta al cliente, detallando todos los productos a portar. En caso de aceptarla, el cliente no debe hacer nada, ahora es la nueva institución quien se encarga de todo el trámite, incluido el cierre de productos con el antiguo proveedor y el pago de adeudos.
El refinanciamiento
Con esta nueva ley, el refinanciamiento de créditos potencia el poder modificar plazos y tasas de interés, esta es una de las mejores características del proyecto. Para poder llevar a cabo el refinanciamiento de un crédito, es necesaria una subrogación especial de créditos, es decir, una sustitución para que la nueva institución se vuelva beneficiara de la garantía una vez que se le haga el pago a la institución antigua.
El ahorro
Cuando de refinanciamientos se trataba, el proceso demoraba alrededor de 75 días. Ahora, el trámite dura 45 días. Y en cuanto al costo, este también se redujo. Por ejemplo, si antes refinanciar un crédito hipotecario de 1000 UF costaba $700,000, ahora costará $280,000.
Cambiar de institución financiera en Chile no será más un lujo para pocos, sino un derecho para todos. Con trámites sencillos y veloces, ahora las familias y empresarios del país podrán elegir las mejores opciones para su economía.