Brian Krzanich, CEO de la compañía durante los últimos 5 años, fue destituido por una relación consentida con una empleada, situación que prohíben las normas de la compañía. Robert Swan, el que hasta ahora era director financiero, tomó las riendas.
Brian Krzanich fue destituido de su cargo en las últimas horas tras conocerse que el directivo mantuvo una relación sentimental con una empleada, situación que prohíben las normas de la compañía.
Las reglas de conducta de muchas compañías americanas son muy estrictas en este sentido y establecen que ningún directivo puede tener una relación sentimental con empleados que le reporten directamente, con el fin de evitar que puedan producirse situaciones de abuso de poder.
El comunicado, emitido por Intel, indica que la política se aplica a todos los empleados y gestores sin excepción, remarcando que “esperamos que todos los empleados respeten los valores de la compañía y se adhieran al código de conducta indicado”.
No es un caso aislado dentro del ecosistema de compañías tecnológicas de Silicon Valley. Ya en el pasado, concretamente en el año 2010, Mark Hurd tuvo que abandonar HP por un caso similar con una consultora a pesar del buen trabajo desarrollado en la compañía, al que se le atribuyó el elevarla a una posición de liderazgo dentro del mercado a nivel mundial, sobreponiéndose al momento económico de crisis que se vivía en el país americano. Posteriormente, el directivo pasó a formar parte de otra gran tecnológica, Oracle.
En el caso de Brian Krzanich, durante los últimos cinco años ha tenido el gran cometido de saber transformar el negocio de los chips de la compañía para adaptarse a los nuevos tiempos y a la nueva demanda de la compañía, ampliando sus líneas de negocio a áreas como IoT, conectividad y Smart Cities, en las que aplica novedades tecnológicas como es el caso de la inteligencia artificial e incluso drones.
El directivo no ha pasado por buenos momentos a lo largo del último año, dado que tras conocerse los fallos de los chips relacionados con las vulnerabilidades de Spectre y Meltdown, también saltó a la prensa cómo el directivo había vendido con anterioridad a filtrarse la información la mitad de sus acciones de la compañía, dejando tan solo la cantidad que impone la compañía a sus directivos.
Su remuneración ascendía a los 21 millones de dólares anuales, una de las más elevadas entre las empresas que cotizan en Wall Street. El comunicado indica que es sustituido por Robert Swan, el que hasta ahora era director financiero de Intel.
La noticia se produce en un mal momento, dado que este mismo año Intel celebra su 50 aniversario, desde aquel tiempo en el que comenzó a comercializar sus chips a nivel mundial, una fecha muy especial en base a los actos programados y cómo ha evolucionado la Ley de Moore.