Estudio de ABI Research revela que más de 650 millones de dispositivos admitirán aplicaciones de visión avanzada para 2022.
La confluencia de la visión artificial, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático están cambiando el enfoque de lo que hacen los dispositivos y de lo que ven los usuarios en sus pantallas, hacia uno en el que éstos pueden ver y hacer por las personas.
Este panorama está cambiando y los recientes lanzamientos de smartphones o de aplicaciones como Apple Face ID o contenidos como Google Clips lo están confirmando.
Un estudio de ABI Research, revela que este tipo de dispositivos se está destacando por la tendencia de que tanto la visión como la inteligencia artificial se trasladan al aparato final en lugar de confiar en la nube, generando oportunidades de mercado adicionales para que los proveedores de chips comercialicen SoC y GPU más robustos y soluciones como aceleradores y VPU.
El informe también estima que para 2022, más de 650 millones de dispositivos móviles admitirán aplicaciones de visión avanzadas. Los teléfonos pasarán de retocar fotos en la nube a utilizar la visión para reconocer cuándo estés molesto y ofrecer soluciones.
La combinación de nuevas tecnologías ayudará a utilizar e interactuar con los dispositivos de formas nuevas y más profundas. Se pasará de las conexiones simples a un entorno cada vez más conectado con un ecosistema de componentes que funciona como conjunto, destaca ABI.
Y es que los aparatos móviles seguirán siendo la mayor oportunidad de mercado para la visión artificial. Incluso la expansión de la realidad virtual y aumentada no lo será tanto en smartphones y muchas de sus aplicaciones dependerán directamente de los teléfonos inteligentes, aunque la visión artificial estará limitada por la potencia de la cámara y lo que ésta pueda ver. Por ejemplo, Google Clips ofrece una nueva visión para que las cámaras intenten buscar y capturar momentos automáticamente.