El órgano, de una pieza, se caracteriza por ser blando en su totalidad, sin materiales metálicos ni plásticos. Por el momento, solo funciona durante aproximadamente media hora.
La ciencia de las prótesis ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, gracias a tecnologías como la robótica o las impresoras 3D.
Así, la creación de brazos artificiales capaces de flexionarse y hacer movimientos que se ajustan a la realidad humana son una realidad. Las mismas técnicas ya se pueden emplear en zonas como el corazón. De hecho, un grupo de investigadores suizos consiguió sortear los principales problemas de este tipo de organismos, conjugando mecanismos de metal y plástico con el tejido, sin alterar la circulación de la sangre.
Este grupo consiguió crear el primer corazón artificial totalmente blando, con un mecanismo de bombeo real logrado con ventrículos de silicona. El órgano fue creado mediante técnicas de impresión 3D con una sola pieza, por lo que no hay que preocuparse de cómo los mecanismos internos tienen que encajar, excepto en los puertos de entrada y salida de la sangre.
Sin embargo, este proyecto es todavía un prototipo y no está creado, por el momento, para la implantación real, por lo que los materiales que utilizaron no duran más que unas miles de pulsaciones, aproximadamente media hora.
Pero el plan, obviamente, pasa por ir actualizando el organismo hasta que pueda ser trasplantado.