Diseñar de forma conjunta tanto hardware como algoritmos, impulsó a los investigadores para diseñar prototipos de drones que caben en la yema de los dedos.
En los últimos años, la tecnología avanza hacia productos cada vez más pequeños pero con más capacidades y más procesamiento.
El ámbito de los Drones no escapa a ello, pues aunque hasta ahora había conseguido reducir los tamaños de estos aparatos, con más cámaras y sensores, no se había logrado miniaturizar el cerebro, es decir, el chip.
Pero un grupo de ingenieros del MIT (Massachusetts Institute of Technology) dio el primer paso para acortar los procesadores con una metodología llamada Navion, que se basa en el diseño de un algoritmo de baja potencia en un hardware especializado.
La contribución clave de este trabajo pasa por el diseño del hardware y los algoritmos. “Además, podemos lograr ahorros de energía substanciales”, dijo Sertac Karaman, profesor de aeronáutica y astronáutica del MIT. “Estamos descubriendo un nuevo enfoque, que implica pensar en hardware y algoritmos de forma conjunta para reducir el tamaño del chip”.
Este nuevo chip procesa imágenes de flujo a 20 fotogramas por segundo y realiza automáticamente comandos para ajustar la orientación del Drone. Y esto, utilizando poco menos de dos vatios de potencia.
Con este desarrollo, se está dando un gran paso para diseñar el Drone más pequeño e inteligente del mundo. Entre sus utilidades, se prevén misiones de respuesta a desastres y de búsqueda y rescate, así como nuevos usos en la electrónica de consumo.
Imagina que tienes un Drone que se puede incluso integrar con tu teléfono con capacidades para volar y grabar videos que instantáneamente se descargan en tu dispositivo. Los prototipos actuales de microdron son lo suficientemente pequeños como para caber en la punta de los dedos de una persona. Además, son extremadamente ligeros, solo requieren un vatio de potencia para despegar del suelo.