Bastan sólo 30 minutos para cargar un 80% de la batería de un smartphone gracias a la función de ‘carga rápida’.
Pese a los avances tecnológicos alcanzados en el mundo de los smartphone a lo largo de los últimos años, una de las asignaturas pendientes de los smartphones continúa siendo la duración de sus baterías, que rara vez es posible superar 1-2 días de uso sin tener que recargarla.
Y en un mundo donde la gente necesita estar conectada de forma permanente, el sólo hecho de pensar en quedarse sin batería plantea serios problemas.
Por ello algunos fabricantes han puesto el ojo en soluciones de carga rápida y mientras consiguen ampliar la capacidad de las baterías de los terminales, han logrado acelerar el proceso de carga tradicional, consiguiendo un 30% de la misma en tan sólo 5 minutos y un 80% en menos de media hora, gracias al nuevo sistema de carga Quick Charge 4.
¿Cómo funciona?
Se basa en un simple principio eléctrico en el que se utiliza más voltaje y amperaje para acelerar la carga de la batería. Los cargadores con función de carga rápida se sincronizan con el dispositivo y un algoritmo establece y varía la potencia de la carga en función del nivel que tenga la batería en ese momento.
Así, se emplea la máxima potencia si la batería está baja y se ralentiza progresivamente cuando se acerca a la carga completa, consiguiendo que se cargue en el menor tiempo posible y con total seguridad.
Por lo tanto, la carga rápida no se realiza de forma lineal, sino que se aplica en la franja entre el 1 y el 80%, retomando la carga normal para el último 20%. Esta ralentización final en la carga protege a la batería de sobrevoltajes y otras anomalías y contribuye a mantener la batería de tu smartphone en buenas condiciones por más tiempo.
En el caso de Quick Charge 4, esta presenta como una de las tecnologías de baterías de teléfonos inteligentes más rápidas del mercado. Es aproximadamente un 20% más rápida que su predecesora, Quick Charge 3, que se encuentra en muchos teléfonos inteligentes de Sony, LG, HTC y Motorola. Las afirmaciones de Qualcomm se basan en la carga rápida de una batería de 2.750 miliamperios, teniendo, muchos de los nuevos teléfonos baterías con capacidad superior a 3.000 mAh.
Pero los nuevos smartphone vienen ya con USB Type-C, que puede entregar más potencia sobre los cables con el fin de cargar los teléfonos más rápido. Los ajustes del software también ayudan a hacer la tecnología más rápida que los cargadores convencionales.
Marcas como Huawei, Samsung, BQ, LG, HTC o Motorola entre otros ya están implantando la carga rápida en sus nuevos terminales.
En un futuro no muy lejano, los equipos tendrán baterías capaces de durar días, pero mientras ello ocurre, las empresas buscan soluciones para que los millones de usuarios puedan disponer de sus equipos por más tiempo.