Una licenciada en Harvard de origen nigeriano, de nombre Jessica O. Matthews, es la creadora de Soccket Ball, un balón capaz de convertir las patadas que recibe en energía eléctrica y acumularla para ser utilizada después como fuente de luz.
Como dicen en el video promocional de este curioso balón, “la luz es vida. Y donde no hay luz, no hay vida”.
Es por eso que Jessica O. Matthews, licenciada en Harvard y de origen nigeriano, quiso crear un invento que fuera capaz de llevar luz a las zonas del mundo carentes de red eléctrica, pues no hay que olvidar que en África subsahariana, sin ir más lejos, el 7% de la población no tiene acceso a una red eléctrica convencional.
Para ellos, Jessica diseñó y produjo su invento cuando contaba tan solo con 19 años de edad. A los 22 ya había puesto en marcha Uncharted Play, una compañía dedicada a fabricar juguetes destinados a países en vías de desarrollo capaces de generar energía mientras se utilizan.
En este caso, para la creación de Soccket Ball decidió basar su invento en uno de los deportes más populares del mundo, el fútbol. El procedimiento para lograr que el balón genere luz es muy sencillo: solo hay que jugar con él. Rodarlo, chutarlo, hacer remates, porque cuanto más movimiento se logre, más energía obtendrás.
Soccket Ball emplea la energía que se genera en su interior mediante el juego y la almacena. De esta forma, posteriormente podrá usarse como fuente de energía que no va a depender de ninguna red. Gracias a este invento será posible solucionar a corto plazo una necesidad concreta, logrando que en muchos lugares del mundo puedan dejar de usarse lámparas de kerosene.
La tecnología en la que se basa Soccket Ball se denomina MORE (por sus siglas en inglés). Es una energía renovable basada en el movimiento y no dependiente de ninguna red. Se basa en dos partes: el generador MORE que convierte el movimiento rectilíneo en fuente de energía y el circuito MORE capaz de conectar varios circuitos del mismo tipo para combinar de forma eficaz la energía, haciendo posible alimentar a aparatos grandes.
Según explica su creadora, la idea le surgió cuando a los 17 pasó una temporada en Nigeria por la boda de un familiar. Durante la celebración se fue la luz y los invitados tuvieron que sacar un generador Diesel para poder continuar. El humo que se generó fue más denso de lo normal, algo que hizo pensar a Matthews sobre la necesidad de una solución distinta a este tipo de problemas.
En la actualidad, el deseo de Matthews es seguir dotando de fuentes de energías renovables y económicas a muchos países de África, Asia y América Latina.
Según sus propias palabras: “Trabajamos en lugares donde la gente es el gran recurso. No es lo que viene de la tierra, es lo que viene de nuestras almas, de nuestros cuerpos. Tenemos que ser capaces de ver eso como un recurso y como un verdadero valor para el mundo”.