Weltevree desarrolló el producto, que se instala bajo tierra y no requiere de energía eléctrica para su funcionamiento. Puede albergar hasta 500 kilos de alimentos.
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El frigorífico subterráneo, creado por la compañía de diseño holandesa Weltevree, consiste en una estructura cilíndrica de poliéster laminado que puede llegar a albergar el contenido de unas 20 neveras convencionales. Una idea que podría verse como una revisión moderna de las antiguas bodegas y que, como ocurría en aquellos casos, no necesita electricidad para funcionar.
En palabras de su creador, Floris Schoonderbeek, se trata de “una combinación de técnicas antiguas probadas, adaptada a los tiempos actuales“.
Para su instalación sería necesario enterrar la gran estructura a una profundidad aproximada de 1 metro. Pesa unos 300Kg y necesita de unos cuatro metros cuadrados para ser instalada. Gracias a su ubicación los alimentos almacenados en su interior se conservarían a una temperatura aproximada de 10ºC, lo que parece perfecto para frutas, verduras y vinos, aunque no resulta ideal para carnes y productos lácteos.
Una vez instalado, este frigorífico subterráneo está diseñado con una puerta y unos escalones de acceso que desembocan en la zona que hará las veces de despensa.
Debido a su gran tamaño podrá acoger en su interior la cosecha equivalente a una huerta de 250 metros cuadrados. Se habla de capacidad de hasta unos 500 kg de comida o unos 3000 litros. Perfecto para conservar la comida de una familia de 5 personas durante un año.
La innovadora nevera incorpora un panel solar, además una bomba de aire para mantener la temperatura. No hay duda de que Groundfrigde es perfecto para todos aquellos que, además de disponer de un jardín, desean llevar un estilo de vida sostenible.