Ahora podrás recargar tu monitor fitness con cada paso que des, gracias a una revolucionaria tecnología que está desarrollando el MIT.
Katherine Noyes | IDG News Service
Los accesorios inteligentes (wearables) de hoy en día a menudo se utilizan para realizar un seguimiento de las actividades físicas, pero imagina si con con esa misma actividad puedes recargar la batería de los dispositivos. Eso pronto podría ser realidad gracias a una nueva investigación de MIT.
La batería ha sido durante mucho tiempo un factor limitante en los wearables y otros dispositivos móviles, pero los investigadores del MIT ha anunciado esta semana que han encontrado una nueva manera de convertir pequeños movimientos de flexión en energía.
Específicamente, esta tecnología utiliza dos láminas delgadas de aleaciones de litio como electrodos, con una capa de polímero poroso empapado con electrolitos líquido en el medio. Cuando se dobla, aunque sea ligeramente, el material compuesto en capas produce un voltaje en respuesta, y una corriente eléctrica en el circuito externo entre los dos electrodos, que pueden ser luego utilizada para alimentar otros dispositivos.
Solo un pequeño peso unido a un extremo podría causar que el metal se doble como resultado de los movimientos normales, tales como cuando está atado a un brazo o una pierna, por ejemplo.
Ha habido otros intentos de aprovechar el poder de pequeños movimientos, pero han adoptado diferentes enfoques, dijeron los investigadores del MIT.
En concreto, la mayoría se basan ya sea en lo que se llama el efecto triboeléctrico, en esencia, la fricción, al igual que cuando se frota un globo contra de lana, o piezoeléctricos, utilizando cristales que producen un pequeño voltaje cuando se dobla o se comprime.
Tales enfoques tradicionales tienen “alta impedancia eléctrica y rigidez a la flexión, y pueden ser muy caros”, dijo Ju Li, Profesor de Ciencia Nuclear e Ingeniería Battelle Energy Alliance y profesor de ciencia de los materiales e ingeniería en el MIT.
En cambio, mediante el uso de principios electroquímicos, la nueva tecnología es capaz de cosechar energía a partir de una gama más amplia de los movimientos y actividades naturales, dijo el MIT, incluyendo movimientos típicos a escala humana, como caminar o hacer ejercicio.
No solo se puede producir tales dispositivos en gran escala económicamente sostenibles, pero también son inherentemente flexibles, haciéndolos más compatible con la tecnología usable y menos propensos a romperse bajo tensión mecánica.
De hecho, los dispositivos de prueba han demostrado ser muy estables, manteniendo su rendimiento después de 1500 ciclos, dijo Li.
Otras aplicaciones potenciales incluyen dispositivos biomédicos o sensores de tensión integrados en carreteras, puentes o incluso los teclados, sugirieron los investigadores.
El trabajo se describe en un artículo publicado en la revista Nature Communications.