Los discos duros, contrarios a los SSD, son máquinas con partes que se mueven. Cada disco tiene uno o más discos giratorios, cabezales magnéticos muy pequeños para la lectura o escritura, dos motores y mucho circuito. Cuando funcionan como es debido, un motor gira a una velocidad muy rápida, generalmente 5400rpm o 7200rpm. Mientras que el otro mueve el cabezal de escritura/lectura con precisión. El cabezal no entra en contacto con los discos, pero flota en un colchón de aire, que podría ser tan pequeña como 5 nanómetros. Eso es 0.0000002 pulgadas.
Hoy, hablaremos de un disco, que de repente murió. No importa que causo su fin. Pero todas las posibilidades convergen en que un cabezal chocó.
Eso es cuando el cabezal de escritura/lectura entra en contacto con el disco. En un impacto de cabezales, el cabezal raspa el código magnético que tiene nuestros datos. Los archivos que estaban en ese disco ya son historia.
Pero hay otros choques de cabezales menos espectaculares. Si la alineación del cabezal se desplaza tan solo unos nanómetros, el disco se vuelve inútil, sin embargo es posible que un técnico experimentado recupere tus archivos.
Cada tipo de choque es causado por un impacto, como dejar caer el disco. Si este estaba encendido y corriendo, incluso un pequeño movimiento puede causare daños. Pero si tu unidad no sufrió ningún tipo de cataclismo, el uso continuo también lo pueden dañar.
No todas las fallas son mecánicas. El circuido podría desgastarse con el tiempo, sobre todo si tu PC se sobrecalienta demasiado.
Aquí unos consejos para que sobrevivas a estas fallas:
- Maneja tu disco duro o tu laptop con mucho cuidado.
- Evita mover una PC que tenga un disco duro, a menos que esté apagada o en modo de reposo.
- Evita que se sobrecaliente tu PC.
- Respalda diario.