Estamos viviendo un una época de transición. Cuando se lanzó el primer iPhone el mundo comenzó a vivir un cambio en la ideología y en la manera en que se relacionaba con su equipo celular. De repente, aparecieron las aplicaciones, y después los e-books.
Las empresas se dieron cuenta del enorme potencial que otorgaba el hecho de tener un celular con aplicaciones, y por ende una etapa de cambio vino.
En estos momentos usted debe de haber escuchado el término “El Internet de las cosas”, en términos simples, esto quiere decir que computadoras, celulares, refrigeradores, microondas, la seguridad de la casa, automóviles, etc… Se conectan a internet, y de ahí se puede interactuar con ellas; de tal modo que si usted está por llegar a casa, puede mandarle un mensaje a su casa para que prenda la luz, encienda la televisión. En la práctica es algo maravilloso, el poder de la conectividad.
De acuerdo con el estudio: “Protegiendo el futuro de la América Digital en 2025” realizada por Intel, existen una serie de beneficios respecto a esta tecnología:
- Dos de cada tres usuarios cree que se podrá acceder a datos del trabajo usando reconocimiento facial.
- 60 por ciento de los consumidores cree que los carros se manejaran en automático.
- Siete de cada diez creen que todos tendremos dispositivos vestibles (wearables) para 2025 que monitorearán activamente nuestra salud y signos vitales.
Pero esta nueva tecnología crecerá exponencialmente para 2018, para ese entonces se calcula que tendrá un valor de 50 billones de dólares, y no es para menos; en este momento Apple, Google y Samsung están probando productos y tendencias muy enfocadas al estilo de vida del consumidor.
Pero, además del apoyo para el estilo de vida de los wearables, está el sector salud. Y aquí es dónde las cosas se ponen interesantes.
Sí, es cierto. La idea de tener toda tu información resulta maravillosa, y lo es más si pensamos en nuestro bienestar. Imagina que tu pulsera detecta que tus signos vitales no se encuentran del todo bien y que necesitas una revisión. Inmediatamente le manda una alerta a tu médico de cabecera quien te concertará la cita. No existirá la necesidad de que nosotros busquemos al médico, ellos nos buscarían porque nuestros dispositivos les avisarían que algo anda mal.
De acuerdo con Mac Gambill, CEO de Nudge, una compañía enfocada al estilo de vida y bienestar; “el valor de este mercado estaría entre 6 y 30 millones de millones de dólares” No es sorprenderse, al ser un mercado prácticamente virgen existe una amplia gama de necesidades que pueden satisfacerse.
Millones de datos se capturan diariamente y se gestiona para que cada usuario obtenga una experiencia única de ellas, surgirán herramientas que aprenderán de las conductas de los usuarios, como MOOV, que contará con una inteligencia artificial integrada que ofrecerá a los usuarios retroalimentación sobre su desempeño.
La moda de los wearables no tardará en llegar, y con ella llegarán nuevas tendencias, lo cual podría resultar preocupante si nos damos cuenta de la enorme cantidad personal que se sube diariamente a internet (personal, financiera, de estilo de vida y en un futuro: de salud), lo cual debería alegrarnos por la facilidad que tendremos para disfrutar y acceder a nuestros servicios y obtener reportes detallados, pero a la vez, preocuparnos ante las filtraciones y hackeos de información que tristemente e han vuelto cosa común.