¿Tienes un router Wi-Fi? Entonces ya es hora de sacarle el máximo provecho. Aquí te reunimos algunos trucos y consejos para que puedas acelerar tu conexión inalámbrica en tu casa u oficina.
Hoy en día el router inalámbrico es el puerto de conexión por excelencia del hogar y la oficina moderna, brindando acceso a Internet a todos tus dispositivos. La velocidad inalámbrica del router suele ser la preocupación primaria del usuario. A diferencia de las redes cableadas, los sistemas inalámbricos sufren interferencia de los objetos presentes en nuestra vida cotidiana. ¿Es seguro tener el router encima o debajo de la secadora, o cerca al microondas? Las velocidades inalámbricas también se ven afectadas por la cantidad de dispositivos que comparten los mismos puntos de acceso. Tus aparatos se disputan un ancho de banda limitado.
Hay muchos métodos básicos y al alcance de la mano para mejorar tu red Wi-Fi, como situar el router al centro del área que pretendes cubrir, mantenerlo alejado de cualquier objeto metálico que pudiera bloquear la señal, o asegurarte que no hayan equipos que manejen ondas de radio alrededor de los 2.4 GHz (la señal estándar para muchos routers viejos). Pero hay otras formas de mejorar tu señal que no son tan obvias. Aquí les presentamos algunos trucos.
Controla tu velocidad
Aunque la mayoría de personas pueden decir por sí mismas si la red inalámbrica de casa es muy lenta o no, revisar la velocidad de conexión te permitirá saber si estás en el rango de la velocidad prometida por el proveedor. Con sólo descargar un programa ligero como LAN Speed Test, aunque también puedes probar el portal www.speedtest.net) puedes conocer las cifras de subida y bajada en megabits por segundo (Mbps), que puedes confrontar con las velocidades que promete el servicio proveedor de Internet. Así sabrás si tu red está funcionando mal de verdad o si tienes que pagar por un servicio más rápido. Quizá tengas que ejecutar las pruebas varias veces y en diferentes horas del día para obtener una idea concreta de cuán rápida es tu red Wi-Fi en general, ya que la saturación del espectro en los 2.4 GHz puede ralentizar tu red en las horas puntas de tráfico en Internet.
Cambia el canal
Si tu red inalámbrica es más débil de lo que debería, puedes tratar de ajustar manualmente el canal de transmisión para encontrar uno con menos routers disputándose el espacio. Si tu router es más o menos nuevo y elige en forma automática qué canal usa, no te servirá de mucho fijar el espectro a un solo canal, pero podría salir más práctico para un router más viejo.
En primer lugar, debes ingresar a la interfaz gráfica de usuario (o GUI) del router, escribiendo la dirección de router/gateway en la barra de direccioens de cualquier navegador, teniendo la computadora conectada a esa misma red. Esta dirección se suele encontrar en el mismo cuerpo del router (en una de las etiquetas), el manual de instrucciones, o en línea. Por ejemplo, un router D-Link suele tener la dirección “http://192.168.0.1″, para un Linksys usaríamos “http://192.168.1.1″, etc. El navegador te pedirá el nombre de usuario y contraseña del dispositivo.
Cada fabricante tiene un GUI distinto, y por tanto una forma de navegación muy diferente. Una vez que encuentres las opciones de “Wireless” del router (bajo las secciones “LAN”, “Red” o “Network”), verás la opción “wireless channel” o “canal inalámbrico”. Trata de alternar entre los canales para ver si tu conexión mejora.
Agrégale Hardware
Cambiar el hardware que dispersa la señal inalámbrica por tu casa es una forma fácil de reforzar una red Wi-Fi en un área grande. Aunque muchos router vienen con antenas omnidireccionales (es decir, transmiten en todas las direcciones), siempre puedes invertir en una antena direccional que pueda duplicar la fuerza de tu señal, pero sólo en una dirección. Es una buena idea si tienes que situar tu router en una pared y no te interesa desperdiciar la mitad de la señal en la pared o la ventana. Las antenas direccionales pueden costar entre 20 y 120 dólares.
Los repetidores inalámbricos hacen algo parecido: Básicamente replican la señal del router y te ayudan a cubrir un área mayor con Wi-Fi. También cuestan alrededor de los 20 dólares en su gama baja, pero si te animas por un enfoque “hágalo-usted-mismo”, puedes crear tu propio repetidor inalámbrico gratis cargando firmwares personalizados de DD-WRT en un router viejo (hay instrucciones paso a paso, en inglés, aquí).
Otro cambio de hardware: Si tienes varias habitaciones que necesitas cubrir con tu señal, puedes comprar un dispositivo híbrido homeplug/router. La tecnología de homeplug usa la línea audiovisual de tu hogar (si tienes una) para transmitir señales de banda ancha a otras habitaciones, y si incluyes un router inalámbrico en el adaptador, tendrás una señal Wi-Fi en el mismo cuarto.
-Megan Geuss, PCWorld
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