La mayoría de gente puede diferenciar entre las buenas fotos y las malas en base a algunos factores como el enfoque, la exposición, el encuadre y el balance de colores. Aunque los tres primeros son bastante obvios, el balance de color es el más misterioso. Como resultado, muchos usuarios de cámaras le prestan muy poca atención o ninguna, lo cual es muy malo, pues es sencillo ajustarlo y hacer una gran diferencia en tus fotos.
Miras las fotos de arriba, por ejemplo. Una tiene una pronunciada tonalidad azul –muy común en fotografías en nieve- mientras que la otra ha sido ajustada y se ve mucho mejor. ¿Pero cómo ocurrió ese viraje de color?
Puedes corregir las extrañas tonalidades dominantes en una foto ajustando el balance de blanco.
Todo comienza con el color de la luz con la que estás fotografiando. Cada tipo de luz –desde el sol de mediodía, hasta las luces fluorescentes o las incandescentes- tiene un color específico asociado. Generalmente no tedas cuenta, porque nuestro cerebro humano automáticamente corrige el color de lo que vemos. Pero aun cuando no nos damos cuenta de ello con nuestros ojos, la luz realmente tienes diferentes calidades de color. A esto lo llamamos “temperatura de color”, y se mide en una escala de grados Kelvin. Las vuentes de luz con baja temperatura se denominan “cálidas” y tienden a tener una tonalidad rojiza. Las temperaturas más altas tienen una tonalidad azul y se consideran “frías”. Seguramente lo has visto muchas veces. Las luces de las velas, por ejemplo, que rondan los 2000 grados Kelvin, son más cálidas y ofrecen una tonalidad roja en las fotos. Estas son algunas situaciones fotográficas típicas y sus temperaturas de color aproximadas:
-Sombra en luz de día: 7500
-Luz solar: 6500
-Tarde: 4300
-Atardecer y crepúsculo: 3000
-Luz de vela: 2000
Esta es la explicación de por qué los colores cambian en las fotos. Pero ¿qué podemos hacer al respecto? Bueno, la mayoría de cámaras está equipada con controles de balance de color. El balance de blanco hace lo que su nombre indica: se asegura de que las superficies blancas en tus fotos se vean realmente blancas, sin importar el color o la temperatura, de la luz ambiental. Y una vez que tu cámara ha corregido el blanco, los otros colores quedan alineados.
El control de balance de blanco en la mayoría de cámara tiene tres posiciones: automático, predefinidos y manual.
El balance de tu cámara generalmente está ajustado en automático. De hecho puede que ni siquiera te hayas dado cuenta de que tenías un ajuste de balance de blancos, porque está diseñado para trabajar de forma automática, y la mayoría de las veces hace un buen trabajo. El balance automático de blancos trabaja mejor en un rango típico de condiciones fotográficas de luz diurna, y cuando hay solo una fuente de luz. Pero si estás tomando bajo una combinación de luces fluorescentes e incandescentes (o de tungsteno) y con el flash de tu cámara, entonces el balance automático estará desconcertado. La nieve y la arena son las más notorias situaciones de confusión para el balance automático. Considera esta foto, por ejemplo: El balance de la cámara está ajustado para luz diurna, lo cual hace que la pequeña luz cálida se vea roja.
Condiciones inusuales de iluminación (como fuentes múltiples de luz) pueden confundir al ajuste de balance automático de tu cámara.
Cuando tomas fotos en condiciones de iluminación complicadas, debes considerar usar los ajustes predefinidos de tu cámara. La mayoría de cámaras tiene media docena de opciones: luz diurna, atardecer, velas, etc. Para mejores resultados que el modo automático, elige un ajuste específico que coincida con las condiciones de la toma.
Para un control total, considera realizar el balance de blanco de forma manual. En este modo, trabajas con tu cámara para ajustar el balance de blanco correcto para tus condiciones exactas de iluminación. Para hacerlo, necesitarás tener una hoja blanca de papel, u otra superficie similar. Yo cargo generalmente una en el bolso de mi cámara. Mantén el enfoque sobre la hoja blanca de forma que el papel llene el encuadre. Sigue las indicaciones de la guía de usuario de tu cámara para ajustar el balance de blanco según la hoja de papel y luego toma tus fotos normalmente. Para un mejor balance de color, ajústalo manualmente cuando tomes fotos en la playa o en la niee, o en una locación con más de una clase de luz.
Inclusive algunos smartphones tienen control de balance de blanco, aunque el ubicuo iPhone no los posee. Si deseas modificar el balance de color en una foto con iPone, piensa en instalar una app de cámara con más funciones, como Top Camera o Camera+.
Cuando saques a tu cámara del balance automático, recuerda regresarla a su sitio (automático) cuando hayas terminado de fotografiar. Si dejas la cámara en un ajuste predeterminado o en ajuste manual, y vas a otro sitio a tomar fotos bajo otras condiciones de luz, podrías tener resultados inesperados.
Y no olvides que siempre puedes corregir el color de tus fotos después de tomadas, en la computadora, usando un editor fotográfico. Si deseas utilizar la post-producción para arreglar las fotos, tendrás mejores resultados si capturas tus fotos en modo Raw, pues las imágenes JPEG no toleran tan bien el cambio de color. Sin importar lo que elijas, recuerda que puedes mejorar drásticamente tus fotos poniendo atención a los colores y asegurándote de que los blancos son realmente blancos, eso mantendrá también los azules azules y los rojos rojos.
–Dave Johnson, TechHive [vía PCWorld Perú]
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