En el futuro estos chips podrían aplicarse en la piel, el corazón e el cerebro para diagnosticar y tratar enfermedades.
Investigadores en Estados Unidos, han desarrollado circuitos integrados que pueden adherirse a la piel como un tatuaje para niños y en algunos casos disolverse en agua cuando ya no se necesiten.
Los ‘biochips’ pueden usarse de manera cómoda en el cuerpo para ayudar a diagnosticar y tratar enfermedades dijo John Rogers, un profesor de ciencia de materiales en la universidad de Illinois en Urbana-Champaign, quien describió la investigación en la conferencia de la IEEE en San Francisco.
Él y sus estudiantes están trabajando en la intersección entre la biología y la electrónica, experimentando con elementos y componentes que terminen en una “electrónica epidérmica” que es suave y flexible, aunque lo suficientemente durable como para usarse como una segunda piel.
Los circuitos son tan delgados que cuando se despegan del cuerpo, colgarían como una costra plateada con una textura de cablecitos finos visibles a través del microscopio. Algún día, circuitos similares podrían ajustarse al corazón como un “pericardio electrónico” para corregir irregularidades ales como la arritmia, dijo Rogers.
El silicio es generalmente demasiado rígido para ser moldeado en el cuerpo, pero al ser tajado a un grosor nanométrico, de una milmillonésima del metro, se transforma en una membrana blanda que puede doblarse y torcerse, asegura Rogers. Aún es frágil, sin embargo, por esto requiriere adherirse a un substrato flexible como la goma que le de fuerza. Y aún no se puede estirar, por lo tanto los investigadores hacen los circuitos en estructuras acordonadas que puedan retornar a su forma inicial y no queden como un acordeón.
–James Niccolai, IDG News Service (San Francisco Bureau)