Con demasiada frecuencia, la electrónica que los fabricantes de automóviles ponen en sus nuevos modelos no está diseñada para que alguien la use cuando está conduciendo.
¿Por qué son tan malas las interfaces de los automóviles?
Me refiero a todos esos atributos de lujo que los fabricantes de automóviles insisten en apretar con calzador en cada pulgada disponible, como los sistemas de navegación y los centros de entretenimiento con multicambiador de CD/radio por satélite/interfaz de medios/reproductor de DVD.
Usted se sienta en un auto de alquiler, en un ZipCar, o en el vehículo de un amigo y es muy probable que se vea frente a un extraño conjunto de diales, perillas, deslizadores, y –lo peor de todo– una pantalla táctil.
La pobre facilidad de uso que tienen la electrónica y el sistema de medios de mi nuevo Volkswagen GTI es un enorme contraste con el resto del automóvil, que en lo demás está bien diseñado. Pero el sistema de audio carece del mismo nivel de calidad.
Debo aclarar que este artículo está basado en mis experiencias personales, en su mayor parte con mi GTI.
Mal toque
Creo firmemente que a quien se le ocurrió la idea de poner una pantalla táctil en un automóvil deberían arrastrarlo detrás un camión, como en las películas de Indiana Jones. Cierto, a estas alturas todos sabemos usar las pantallas táctiles: nuestros teléfonos y tabletas las tienen, y también los quioscos de boletas en el aeropuerto, los cajeros automáticos e incluso los directorios en algunos centros comerciales.
Pero una pantalla táctil es una interfaz que requiere que usted, el conductor, aparte la vista de la carretera para usarla.
Es la interferencia
Las pantallas táctiles sólo son parte del problema.
Por ejemplo, desde casi tiempo inmemorial todos hemos usado el modo de mezcla para oír música. Su biblioteca se entremezcla en una lista aleatoria de canciones. Si usted pulsa Próxima canción, escuchará una canción seleccionada al azar, pero puede retroceder para oír la canción anterior.
Sin embargo, la unidad de audio en mi Volkswagen no funciona así. Cuando pulso Previa para retroceder, me sale otra canción aleatoria diferente. Cada canción es una isla en un mar de selecciones aleatorias.
Cuando se trata de escoger canciones, la interfaz tampoco es mucho mejor. Incluye opciones para examinar las listas de canciones, álbumes, artistas y canciones, pero hay que navegar por esas listas con una barra de desplazamiento en la pantalla táctil, posiblemente la peor manera de forzar a un conductor a escoger una canción en una biblioteca que contenga muchas. Ah, y tampoco se puede seleccionar la música con los controles que están fuera de la pantalla táctil.
¿Software?
El problema más grave del estéreo del automóvil puede ser atribuido a un simple error de software. Como sucede con muchos de los modelos de Volkswagen, el GTI tiene un conector físico de medios y transferencia continua inalámbrica con Bluetooth. Suena perfecto, ¿verdad? Así me parecía, hasta que –el primer día que manejé el auto– salió la canción clásica “Baba O’Riley” por The Who y me di cuenta, asombrado, de que no podía oír la canción en su totalidad, es decir, en sonido completamente estereofónico.
Determiné que el estéreo sólo estaba reproduciendo el canal derecho y concluí que el problema estaba en la transferencia inalámbrica de Bluetooth.
Después de buscar un poco en Google, supe que no estaba solo: muchos otros propietarios de los modelos GTI y Passat de 2012 sufrían de esta condición. El vendedor del concesionario comprobó con el departamento de servicio si había alguna actualización del software.
Entonces llegamos al quid de la cuestión. En lo que se refiere al software del automóvil, parece que hemos regresado a una era predigital.
Yo tenía dos opciones: usar Bluetooth para escuchar en el modo monoaural, que ofrecía una experiencia de audio total, aunque con menos calidad, o simplemente limitarme a la conexión alambrada. Por ahora, he optado por la segunda opción, pero una futura actualización del software pudiera corregir el problema de Bluetooth. Esto me dejará con otras 724 quejas.
La lección aquí aprendida es bastante simple: si su software es difícil de actualizar, es mejor no ofrecerlo hasta que sea infalible.
Vox populi
Muchos de los problemas de interfaz que encontré podrían evitarse usando un método alternativo de interacción con el usuario, como Siri, el asistente virtual controlado por medio de la voz en el iPhone 4S.
Lo que pasa es que no hay una manera fácil de activar Siri mientras se conduce sin oprimir y mantener oprimido el botón principal del iPhone. Y, gracias al error mencionado de Bluetooth, tengo que conectar mi teléfono por medio de los cables del automóvil.
La ayuda puede estar ya en camino, aunque quizás no para mí. He oído que Apple está trabajando con los fabricantes de automóviles para agregar un botón –que active Siri– en el volante de muchos modelos futuros.
Por supuesto, yo siempre podría usar el propio sistema integrado de reconocimiento de voz de Volkswagen, pero no soy tan masoquista. Es lento, limitado en su funcionalidad, e increíblemente inexacto, casi como el resto de la electrónica incluida en este automóvil.
Conclusión
“Aquellos que realmente se toman el software en serio deberían hacer su propio hardware”, dijo una vez el programador Alan Kay. Estoy empezando a creer que lo opuesto también es cierto. El mejor hardware del mundo no sirve para mucho a menos que venga acompañado por un software excelente.
Todavía parece que la mayoría de los fabricantes de autos cree que la mejor manera de integrar la electrónica es trabajar con socios y la mayoría de esos socios sabe tanto del entorno del automóvil como los fabricantes de autos saben de electrónica.
Esta situación no mejorará hasta que una compañía se tome en serio la experiencia de los medios en el automóvil. ¿Algún voluntario?
– Dan Moren