Elevar la capacidad de funcionamiento de su PC de escritorio pudiera sonar atemorizante, pero es un método más fácil (y más barato) de lo que usted cree para obtener más velocidad de su computadora.
Mejorar su CPU puede ser una experiencia frustrante, aunque el acto físico de quitar un procesador viejo e instalar uno nuevo es bastante fácil. Las preguntas más difíciles de contestar son éstas: ¿Cuándo es el momento adecuado para mejorar una CPU? ¿Qué procesador me dará más impacto por mi dinero?
Complicando el asunto para los usuarios de CPUs de Intel está la plétora de formatos de receptáculos existente. La última vez que miramos, Intel tenía cuatro formatos activos de receptáculos para las PCs de escritorio: LGA775, LGA1366, LGA1155 y LGA1156. Probablemente, LGA1156 será pronto reemplazado, pero los otros tres seguirán en el mercado durante algún tiempo, aunque es posible que LGA775 quede relegado a los sistemas de bajo presupuesto y, con el tiempo, también desaparecería. Aun si usted utiliza un sistema de la generación actual, tiene dos posibilidades: LGA1155 y LGA1366. Esto significa que si usted contempla una mejora generacional importante para una CPU de Intel, probablemente la misma implica que debe mejorar la tarjeta madre.
Los usuarios de AMD están en situación un poco mejor, pero también tienen que tener cuidado. AMD ha usado variantes de su receptáculo AM3 desde 2009. Las tarjetas madres más antiguas con receptáculo AM2/AM2+ pueden usar algunas de las CPUs más nuevas de AMD, pero al costo de perder algunas capacidades claves de administración de energía. Los usuarios del receptáculo AM3 pueden mejorar instalando los procesadores Athlon II, Phenom y Phenom II.
Pero si usted ha anticipado insertar una de las próximas CPUs Bulldozer de ocho núcleos de AMD, las noticias no son buenas. Bulldozer va a requerir un nuevo receptáculo, llamado “receptáculo AM3+”, y no será compatible con las tarjetas madres del pasado.
Una regla práctica es mejorar hacia una CPU más rápida dentro de un formato de receptáculo existente si hacerlo eleva su sistema dos o tres grados de velocidad sin acelerar el reloj. Por ejemplo, si su PC tiene un sistema LGA775 de Intel con un Core 2 Duo E6400, cambiarlo por un Core 2 Quad Q9650 aumentará su desempeño sustancialmente, pues usted conseguirá una mejora en la velocidad del reloj y dos núcleos más.
Por otra parte, también tiene que prestar atención a los gastos: el Q9650 cuesta alrededor de US$340, mientras que un Core i7 2600K mucho más nuevo cuesta US$330. Así que la diferencia de precio de US$10 entre el Q9650 y el 2500K podría ayudar a pagar por el costo de una nueva tarjeta madre para el 2500K.
Tanto si el procesador que va a mejorar es Intel como si es AMD, tenga presente estas sugerencias antes de comenzar el proceso de instalación.
Separe todos los cables y alambres que pueda tener en el camino: asegúrese de separar el conector que alimenta el ventilador de la CPU.
Quite cuidadosamente el disipador de calor de la CPU: si usted tiene un disipador de calor exótico o de alto rendimiento en la CPU, lea las instrucciones o busque en el sitio del fabricante en la Web cómo volver a acoplarlo. Algunos disipadores de alto rendimiento tienen placas de montaje especiales que se montan debajo de la tarjeta madre. Tome precauciones para impedir que éstas se desprendan o tendrá que quitar la tarjeta madre para recobrarlas.
Esté dispuesto a extraer su tarjeta madre: dependiendo del diseño de su tarjeta madre y del chasis de la computadora, pudiera ser mejor quitar la tarjeta madre si el receptáculo de la CPU es difícil de alcanzar. Un poco de esfuerzo adicional al principio del proceso puede ayudarle a evitar el alto costo de tener que reemplazar una tarjeta madre o una CPU.