El robo de identidad afecta a miles de niños, cargándolos con deudas, y a veces pasan años antes de que descubran que su información personal ha sido robada, según aparece en un estudio.
Dentro de una base de datos de 42.232 niños que ha sido elaborada por una empresa de protección de la identidad, 4.311 –el 10,2 por ciento– tienen a alguna persona utilizando su número de Seguro Social, de acuerdo con el informe “robo de identidad del niño”, de Richard Power, miembro distinguido de Carnegie Mellon Cylab.
En un caso, un joven de 17 años de edad cuyo número de Seguro Social fue utilizado por ocho personas diferentes llegó a acumular US$725.000 en deuda. En otro caso, un niño de 14 años de edad, tiene un historial de crédito de 10 años, que incluye una hipoteca sobre una casa por US$605.000, según la información facilitada a Power por la firma de la identidad de Protección “all clear ID”.
El estudio analizó los tipos de documentos en los que los números de Seguridad Social aparecían, y se encontró que el 70 por ciento fueron solicitudes de préstamo o tarjetas de crédito, 18 por ciento facturas de servicios públicos, 5 por ciento valoraciones de propiedades, escrituras, hipotecas y ejecuciones hipotecarias, 4 por ciento licencias de conducir y 2 por ciento matriculación de vehículos.
Mientras que a 1 de cada 10 niños en la base de datos le habían robado su identidad, sólo el 0,2 por ciento de los adultos fueron víctimas de la misma fechoría, dijo Power, y que el contraste plantea algunas preguntas. “¿Son los números de Seguro Social de los niños una mercancía de moda?” escribe Power. “¿Están los criminales cibernéticos y otros estafadores buscándolos activamente? ¿Los estafadores prefieren los IDs de los niños?”.
La respuesta no se conoce, y no se puede saber hasta que se realice un estudio que tenga por objeto establecer resultados que se pueden extrapolar a la población en general.
Mientras tanto, no hace mucha diferencia el porcentaje de las identificaciones de los niños que han sido robados, señala Power. Si a usted es al que le sucede, es una pesadilla y peor aún, la mayoría de la gente ni siquiera lo consideran como una posibilidad. “Se debe crear conciencia de este problema”, añade Power. En algunos casos los padres con malas calificaciones de crédito utilizan los números de Seguro Social de sus hijos para abrir cuentas con empresas de servicios públicos para conseguir el agua y la electricidad sin la intención de perjudicar al crédito de los niños, En la mayoría de los casos, las identidades en peligro por violaciones de datos en empresas no caen bajo un ataque sistemático. Las identidades se ven comprometidas, pero no parecen ser tomadas por alguien que trata activamente de sacar provecho de ellas.
Por Tim Greene World Network (EE.UU.)