Gracias, puede quedarse con sus plasmas y sus LCD, con sus CRT y sus DLP de proyección trasera. Cuando se trata de ver una imagen realmente grande en la pared, yo prefiero un televisor de proyección frontal.
Dólar por dólar y pulgada por pulgada, estos modelos son los televisores de pantalla grande más baratos que usted pueda comprar.
En realidad, ya hemos dejado de ir al cine. Lo que hacemos es acomodarnos en el sofá, comer verdaderas palomitas de maíz con mantequilla y bañarnos en el acogedor resplandor de nuestra monstruosa pantalla de 100 pulgadas.
Pero a pesar de lo contentos que estamos con el nuestro, los proyectores frontales no son para todos los gustos y hay ciertas cosas que usted necesita saber antes de comprar uno.
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Resolución: Cuando uno espera dedicar un buen número de horas a la semana a mirar una imagen de 100 pulgadas, es conveniente buscar la resolución más alta posible. Mi Sony Bravia VPL-AW10 proyecta una imagen perfectamente adecuada de 720p por menos de US$1.200 (también eleva a los DVD a su resolución nativa, lo que hace que el vídeo luzca mucho mejor). El Powerlite Home Cinema 1080 UB de Epson vende una imagen atractiva de 1080p por US$3.000; uno de los precios más baratos que se puedan encontrar para un proyector de alta definición. Si el dinero no es un impedimento, puede comprar el Marantz VP-11S2, que ofrece procesamiento de imágenes más avanzado y una óptica de más alta calidad, por US$15.000.
El lado oscuro: Al igual que las lechuzas y los ladrones, los proyectores se desenvuelven mejor en la obscuridad casi total, por eso usted necesitará una sala con un mínimo de luz ambiental (o cortinas realmente gruesas). Como resultado, estos proyectores frecuentemente son una mejor opción para un cine en casa dedicado especialmente a esa función y no para la sala.
¿Negocio o placer? Muchos proyectores se anuncian como unidades de doble propósito: muestran sus presentaciones en PowerPoint durante el día y sus películas por la noche. Pero la mayoría de los proyectores para negocios carecen de las entradas de vídeo de más alta resolución, como son la compuesta y la HDMI, y algunos sólo proyectan usando una proporción dimensional de 4:3, en vez de la de 16:9 que requiere la alta definición o la cinematográfica de 2,35:1. Haga caso omiso a las exageraciones publicitarias y fíjese bien en los puertos y las opciones de pantalla que ofrece el proyector.
Tamaño y sonido: Como los proyectores necesitan ventiladores para enfriar la bombilla, pueden ser ruidosos (algunos suenan tanto que ahogan el sonido de la película). Los modelos menores y más portátiles tienden a ser más ruidosos porque tienen menos material para amortiguar el sonido. El Sony y el Epson son ligeramente abultados pero también silenciosos. No se olvide de escuchar cómo funciona el proyector que piensa comprar, además de verlo.
Bombillas tenues: El costo oculto más grande de los proyectores es la bombilla. Es posible que tenga que comprar una nueva cada uno o cuatro años, lo que depende de la frecuencia y del tiempo que use el proyector, así como de la duración nominal de la bombilla,. Y al ritmo de US$300 a US$500 cada una, el costo se eleva rápidamente, por eso hay que incluirlo en su análisis de costo.
Mírela bien: “No importa si usted gasta US$2.000, US$5.000 o US$15.000. Tiene que fijarse primero en la calidad de la imagen y no sólo en las especificaciones técnicas”, dice Kevin Zarow, vicepresidente de desarrollo de productos y mercadeo de Marantz.
Desafortunadamente, para ver un proyector en acción, probablemente tendrá que visitar una exclusiva boutique de electrónica. Muchos de los minoristas más importantes no ofrecen proyectores, y son muchos menos los que están dispuestos a conectarlos y mostrarle cómo funcionan. Mi secreto es comprar las unidades en tiendas que tengan una política de devolución generosa, de manera que puedo probarlos durante unos días y luego devolver los que no me gustan (¡shhh, no se lo diga a nadie!).
Casi todos los proyectores son equipos empresariales, dice Stephen Baker, vicepresidente de análisis de la industria para NPD Group. Esto hace que las unidades aptas para las instalaciones de cine en casa sean más difíciles de encontrar y un poco más caras que los proyectores de datos. Pero merecen la pena. Eso sí, no vaya a exagerar con las palomitas y la mantequilla. No es bueno para su salud.
-Dan Tynan