Vik Olliver es parte de un equipo que está desarrollando una impresora 3D de código abierto, capaz de copiarse a sí misma: la impresora RepRap (Replicating Rapid-prototyper).
Con sede en Waitakeres, en West Auckland, el desarrollador de software y artista Vik Olliver es parte de un equipo que está desarrollando una impresora 3D de código abierto, capaz de copiarse a sí misma. La impresora RepRap (Replicating Rapid-prototyper) puede replicarse y actualizarse a sí misma. Puede imprimir sus propias partes, incluyendo actualizaciones, explica Olliver, quien es el miembro principal del equipo del RepRap.
La impresora 3D trabaja construyendo los componentes en capas de plástico, especialmente ácido poliláctico (PLA), que es un polímero biodegradable hecho de ácido láctico. La tecnología ya existe, pero las máquinas comerciales son muy costosas. Éstas tampoco pueden copiarse a sí mismas, ni pueden ser manipuladas por los usuarios, dice Olliver.
RepRap tiene una idea diferente. El equipo, repartido por Nueva Zelanda, Gran Bretaña y los Estados Unidos, desarrolla y hace públicos los diseños de una máquina mucho más barata, que además tiene la capacidad de autocopiarse. Quieren poner la máquina a la disposición de cualquiera – incluyendo a pequeñas comunidades de países en vías de desarrollo, así como para personas en el mundo desarrollado, según Olliver.
El RepRap es una máquina distribuída sin costo bajo la Licencia al Público en General (o GNU: General Public Licence por su nombre en inglés)
El proyecto de código abierto RepRap busca seguir mejorando la máquina. “Para que haga lo que la gente quiera que ella haga”, dice Olliver. Las mejoras se retransmitirán a los usuarios, y de esta manera la máquina evoluciona como un todo, dice. La idea de la evolución es importante, agrega. El dispositivos que Olliver está creando ahora, probablemente no se parecerá al aparato que un día en el futuro estará en los escritorios de todos, dice él mismo.
“Queremos asegurarnos de que todo sea abierto, no sólo el diseño y el software con el lo controlas, sino toda la maquinaria, desde el principio”, expone.
Olliver trabaja para Catalyst IT, un proveedor de sistemas de negocios de código abierto con sede en Wellington, Nueva Zelanda. Es lo suficientemente afortunado como para tener “tiempo Google” de su compañía, lo que significa que se le está permitido trabajar en sus propios proyectos de investigación un día a la semana, como los empleados de Google. Esto ha llevado a un desarrollo considerable en el proyecto RepRap durante los últimos seis meses, dice.
Las nuevas funciones incluyen, por ejemplo, cabezales que pueden ser cambiados para usar diferentes tipos de plásticos. Un cabezal que deposita metales con un punto de fusión bajo se encuentra en desarrollo, dice Olliver. El metal se funde a una temperatura más baja que el plástico, lo que significa que el metal puede estar dentro del plástico, dice Olliver. “esto quiere decir, en teoría, que podríamos construir estructuras como motores.
RepRap also allows people to build circuits in 3D, as well as various shapes, with the result that objects, such as a cell phone, don't have to be flat, he says.
El RepRap también le permite a la gente construir circuitos en 3D, así como también objetos de varias formas, con resultados como teléfonos celulares, que no tienen que ser planos, dice.
Existen al menos siete modelos del RepRap en el mundo, que Olliver tenga conocimiento. La impresora 3D también permite una nueva y fascinante forma de comunicación: Olliver puede diseñar algo en Nueva Zelanda, que después aparecerá en el escritorio de otro investigador, en Bath, en Gran Bretaña o en cualquier otro lugar del mundo.
En este momento, RepRap utilize dos tipos diferentes de plástico: PLA, un plástico relativamente rígido, ideal para hacer objetos como soportes en las esquinas; y un plástico más flexible, para hacer, por ejemplo, estuches para iPods, explica.
Pero que la máquina se copie a sí misma es lo mejor que el equipo puede hacer que la máquina haga, y esa es la meta principal del proyecto, dice Olliver. Sin embargo, puede utilizarse para hacer otras cosas, como copas de vino (definitivamente herméticas, agrega) y partes de plástico para máquinas. Cuando Computerworld habló con él, Olliver acaba de imprimir una pequeña pieza para arreglar su batidora.
“Sabemos que las personas van a usar la impresora para hacer armas, juguetes sexuales y artículos relacionados con las drogas”, dice. “Evidentemente no es lo que estamos esperando que construyan. Esperamos que construyan más y mejores RepRaps”.
Ulrika Hedquist