Hacer que las impresoras más antiguas y sin capacidad para redes den servicio a todo un grupo de trabajo es muy fácil: basta con conectarlas a una pequeña caja plástica.
Los miniservidores de impresión –llamados así por su tamaño pequeño y sus funciones limitadas– como el Netgear PS121 (US$60) actúan como un puente entre sus enrutadores y sus impresoras viejas, que de otra manera no podrían conectarse a la red.
Los miniservidores de impresión se conectan a las impresoras por medio de un cable USB y al enrutador de la red por un cable ethernet. La mayoría de los miniservidores de impresión ofrece una interfaz de navegador que permite personalizar la configuración a través de la red en cualquier momento. Una vez que el servidor esté activo, se puede usar para imprimir desde cualquier PC –alambrada o no – en cualquier parte de la red.
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Para las impresoras mucho más antiguas, Netgear PS101 (US$70) tiene un conector paralelo que acomoda los cables de esas impresoras. Como su homólogo USB, este servidor permite extender la utilidad de su hardware viejo, reduciendo así los costos de reciclaje de equipos electrónicos.
Gracias a la facilidad de su instalación y a su gran confiabilidad, los servidores de impresión de Netgear mencionados arriba se han ganado mi confianza, pero no son las únicas opciones en el mercado. Otras alternativas buenas incluyen el D-Link DP-301P+ de puerto paralelo y el Linksys PSUS4, ambos con precios inferiores a US$70.
Los miniservidores de impresión tienen, sin embargo, varias desventajas, entre ellas una memoria limitada y su funcionalidad reducida. Como resultado, sólo un par de usuarios se pueden conectar al mismo tiempo y, por lo general, los servidores no tienen funciones de administración. Son ideales para una oficina en el hogar o para un grupo de trabajo muy pequeño, pero no para grupos de más de cinco o seis usuarios.
-Robert Strohmeyer