La mayoría de los sistemas construidos en los últimos años tiene la potencia para servir como un estudio de grabación casero, aunque con una CPU de doble núcleo, 1GB de RAM y una unidad de disco duro de 250GB se asegurará de que el desempeño esté libre de errores.
Sin embargo, tal como vienen de fábrica carecen de las entradas necesarias para grabar instrumentos y voces reales, por lo cual usted tendrá que mejorar su interfaz de audio.
La interfaz: La interfaz de audio toma el sonido de un instrumento o de un micrófono y la traduce en unos y ceros para la computadora. Su nueva interfaz puede ser una tarjeta PCI interna (que sustituya a la tarjeta de sonido que venía con su PC) o un dispositivo externo USB 2.0 o FireWire. El PCI interno ofrece mejor desempeño (velocidad, no calidad), pero las unidades externas se acercan bastante y también trabajan con portátiles y Mac. Las interfaces de Digidesign, Edirol, Emu, Lexicom, M-Audio y Tascam, cuestan de US$100 a US$500, y tienen buena reputación. Cualquiera que sea el producto que compre, debería venir con enchufes de tres espigas XLR para micrófonos y tener la capacidad para grabar con 24 bits a 48, 96, o 192 kHz (busque la velocidad de bits más alta que pueda).
El software: Es probable que su interfaz venga con una versión LE (ligera) de Cakewalk Sonar, Digidesign ProTools, o Steinberg Cubase, que son los pesos pesados en el mercado del software de grabación para el hogar. La versión liviana debe bastar para la mayoría de los usuarios en el hogar, pero hay muchas mejoras para estos productos. Los precios de las mejoras pueden llegar fácilmente a los miles de dólares; estos paquetes incluyen más funciones de control, más pistas y mejor sonido. Usted puede encontrar miles de efectos de audio creados por terceros e instrumentos virtuales basados en MIDI (bajos, guitarras, tambores, teclados y demás), que la PC puede reproducir para brindarle una banda virtual de respaldo.
Micrófonos y monitores: Para grabar instrumentos acústicos y voces, los micrófonos de alta calidad no pueden faltar. El Shure SM-57/58 de baja impedancia (US$100, para instrumentos) y un micrófono de condensador con diafragma grande (US$200 a US$400, para las voces) son buenas opciones para comenzar. Por último, un par de monitores aceptables de estudio (altavoces) de una marca popular como Alesis o JBL transmitirán sus sonidos con exactitud, a precios que comienzan alrededor de US$200.
-Jon L. Jacobi