Usar su tarjeta de débito para pagar puede salirle muy caro si un estafador ha intervenido los terminales de cobro de su tienda. Hasta ahora ya ha pasado en seis estados de USA.
Vivir sin efectivo es conveniente. Deslizamos nuestra tarjeta de crédito y debito para comprar gasolina, almuerzos, cafés y víveres. Pero los ladrones de datos –deseosos de aprovecharse de la dependencia de los compradores de USA del plástico—están atacando los terminales de pago que nosotros usamos sin pensarlo dos veces.
Las autoridades de varios estados han reportado ocurrencias locales de un nuevo tipo de crimen de alta tecnología: el reemplazo de terminales de pago o terminales arreglados en tiendas de conveniencia y abastos. Los terminales manipulados registran su número de tarjeta de crédito o la contraseña de su tarjeta de debito. El maleante regresa después para recuperar el terminal –a veces arrancándolo a la fuerza de los pasillos de chequeo—y usan la data interceptada para extraer largas sumas de dinero de personas que no sospechan nada.
Usualmente los terminales no muestran ningún signo externo de haber sido modificados. Pero por dentro, según dicen las autoridades, los estafadores añaden aparatos que permiten que los datos pasen libremente, como en los aparatos normales, pero al mismo tiempo almacenan todos los números de tarjetas de crédito, nombre y contraseñas de tarjetas de debito que han procesado.
El costo para los compradores
Los montos que se supone han robado estos estafadores varían según las autoridades. La policía de Las Vegas que el total que se obtuvo desde una maquina trampeada en su jurisdicción fue de “millones de dólares”; representantes de los otros estados afectados –California, florida, Massachussets, Pennsylvania y Rhode Island—dicen que el costo a los compradores en cada caso estuvo cerca de los US$ 100.000. Según las autoridades nunca se conocerá la magnitud de las perdidas ocurridas.
En Las Vegas, por ejemplo, la información financiera de cientos de personas fue robada cuando se detuvieron a cargar combustible o comer un tentempié, según el departamento metropolitano de Policía de Las Vegas. Tanto los terminales en las tiendas, así como los que están en los surtidores de combustible estuvieron involucrados en varios lugares de la ciudad según la policía. Los oficiales están todavía investigando reclamos pero aun no se ha efectuado ningún arresto.
En Rhode Island, el departamento de policía de Coventry dice haber tenido más suerte al capturar a los maleantes. En febrero, con ayuda de agentes del servicio secreto de USA, cuatro hombres de California fueron arrestados por haber reemplazado terminales de cobro con software malicioso. Los investigadores descubrieron programas para robar los datos de los clientes en tiendas de abastos y de conveniencia en Bristol, Coventry, Cranston, Providence y Warwick, todos en rhode Island y Seekon en Massachussets.
Subsecuentemente la policía de Coventry junto a la estatal de Rhode Island arrestaron a los hombres cuando estos regresaron a buscar los terminales de las tiendas afectadas, según dijo el detective Marcos Saenko, miembro de la unidad de crímenes financieros de la policía de Coventry. Los cuatro sospechosos, naturales de Armenia, enfrentan dos cargos federales cada uno: fraude con tarjetas de crédito y robo de identidad agravado. La pena por el primer cargo puede ser de hasta 5 años en prisión, mientras que de ser encontrados culpables del segundo de los cargos deberán cumplir una sentencia obligatoria de dos años.
La abogado Mari Frank, autor de “Salvaguarde su identidad”, dice que el robo de identidades en el punto de ventas es uno de los peores peligros a los que se enfrentan los consumidores. “Si alguien obtiene su información financiera puede vaciar completamente su cuenta” dijo Frank.