Son más de los que sugieren los estimados de los fabricantes, según dos estudios.
Su unidad de disco duro pudiera no ser tan confiable como los fabricantes hacen creer. Estudios recientes realizados por investigadores en Carnegie Mellon y Google sugieren que las calificaciones que los fabricantes proporcionan para el tiempo medio de funcionamiento (MTTF, por sus siglas en inglés) de las unidades de disco duro no son muy exactas.
El estudio de Carnegie Mellon, realizado en varios lugares, arrojó tasas de fallo típicas de 2 a 4 por ciento, con un pico del 13 por ciento, comparado con tasas de menos del 1 por ciento que uno esperaría de acuerdo con las calificaciones MTTF de los fabricantes (vea la tabla). El estudio de Google puso la tasa anual de fallos en cerca del 3 por ciento.
Ambos estudios se basaron en observaciones realizadas con 100.000 unidades o más; Google examinó su propio inventario de discos para el consumidor y Carnegie Mellon ambas clases de unidades, las destinadas al consumidor y las destinadas a las empresas. Estas últimas son ostensiblemente más confiables, pues vienen con imanes activadores reforzados, motores más robustos y características avanzadas como la protección contra la vibración.
Definición del fallo
Los fabricantes atribuyen parte de la discrepancia entre sus calificaciones y los hallazgos de estos informes a las definiciones diferentes de lo que constituye un fallo en el disco. Para los fabricantes, el fallo ocurre cuando una unidad no puede leer o escribir dentro de un período fijo de tiempo –generalmente de unas 24 horas– en un banco de pruebas. Los fabricantes dicen que, según este criterio, casi el 40 por ciento de las unidades devueltas realmente no ha fallado.
Sin embargo, los nuevos estudios consideran que un fallo es cualquier síntoma que fuerce al usuario –se presume que, en ambos casos, se trata de empleados de TI experimentados– a reemplazar la unidad de disco. Estos síntomas incluyen problemas de software, conflictos con los controladores y demás, así como el fallo de la unidad tal como lo definen los fabricantes.
Además, los fabricantes basan sus cifras de MTTF en el desempeño pasado de unidades similares, ya que nadie probaría un modelo nuevo durante cinco años.
Sorprendentemente, el estudio de Google no encontró correlación entre el fallo de las unidades de disco y los niveles elevados de actividad y calor. El porcentaje más grande de fallos ocurrió en unidades que funcionaban en ambientes con temperaturas templadas de 25 a 31 grados centígrados (77 a 88 grados Fahrenheit). Sin embargo, los equipos de escritorio suelen funcionar a temperaturas muy por encima de la temperatura máxima de 52 grados centígrados (125 grados Fahrenheit) reportada en el estudio de Google, lo que sugiere que las unidades de disco no deben funcionar sin la circulación de aire adecuada.
Google encontró que la tasa de fallos varía significativamente según la marca y el modelo, pero la compañía declinó identificar los modelos propensos a fallos. Carnegie Mellon indica que es posible que salgan lotes malos del proceso de fabricación y que las mejoras realizadas en los últimos años pueden producir unidades de disco más confiables.
El estudio de Google se basó en parte en los datos de la tecnología SMART (tecnología de autoinspección e informe, por sus siglas en inglés) de unidades que la tienen. Pero tantas unidades de disco fallaron sin que SMART lo advirtiera que Google llegó a la conclusión de que esa función no era útil para predecir los patrones de fallos en la vida real.
Los hallazgos de Google respaldan este consejo: si usted encuentra un error durante una rutina de detección de errores (por ejemplo, ejecutando Scandisk), su disco duro tiene 39 veces más probabilidades de fallar en menos de 60 días que las unidades que no muestran tales errores. Los profesionales de TI recomiendan que se reemplace el disco duro cuando muestra errores.
–PC World