¿Quiere viajar al extranjero sin perder su enlace? Le deseamos buena suerte.
Estábamos sentados en una encantadora taberna en Ennis, County Clare, Irlanda. Mientras la banda tocaba malamente canciones populares estadounidenses, tomábamos Guinness, revisábamos el correo electrónico en nuestras PC portátiles, hacíamos llamadas baratas a través de Skype a amigos en otras partes del mundo, y nos comunicábamos con mensajes instantáneos sin ningún tipo de limitación. Habíamos descubierto el nirvana de la Web.
Cuando visitamos Irlanda el otoño pasado, sabíamos que encontraríamos una campiña hermosa, gente amistosa y buena cerveza. La pregunta era si podríamos traer de paseo nuestro estilo de vida de Internet. Desafortunadamente, nuestra experiencia en la taberna fue la excepción, no la regla. Incluso en las mecas de la alta tecnología (e Irlanda se está convirtiendo rápidamente en una de ellas), la Internet no es siempre fácil de encontrar… y cuando uno la encuentra, no es barata.
Legiones de itinerantes
En Estados Unidos, los puntos calientes inalámbricos son comunes y muchos son gratuitos. En el extranjero, aprendimos que el mero uso del término “Wi-Fi” puede hacer que a uno lo tachen de estadounidense loco y que las redes abiertas son más difíciles de encontrar que los leprechauns [duendes de la mitología irlandesa].
Los puntos calientes más comunes en Irlanda son operados por BTzone de British Telecom. Por US$6 la hora (o US$12 por 24 horas) usted recibe una tarjeta con una identificación de usuario y una contraseña para conectarse a la red. Pero las conexiones frecuentemente resultaban lentas. Como extrañaba mis programas favoritos de HBO traté de acceder a mi TiVo a través de la Red usando el Slingbox AV (US$180, http://www.slingmedia.com), pero la imagen que recibí era demasiado errática.
Por curiosidad, también recorrí pintorescas aldeas mientras pulsaba mi Linksys Wi-Fi Finder (US$79, http://www.linksys.com) en busca de redes caseras no aseguradas (y para solidificar mi reputación de estadounidense loco). Solamente encontré una, en el corazón de Galway. Ni siquiera los restaurantes McDonald, afortunadamente escasos, y las cafeterías Starbucks tenían las redes Wi-Fi que usted encuentra a menudo en Estados Unidos.
Nuestra otra opción inalámbrica, la de las redes celulares, demostró ser complicada en distintas maneras. Si el proveedor de su servicio telefónico tiene un plan de itinerancia internacional y usted posee un teléfono GSM, puede usar su teléfono para hacer llamadas al otro lado del Atlántico (de lo contrario, su mejor opción será comprar un teléfono barato allí y tirarlo a la basura antes de regresar). Además, muchos teléfonos móviles pueden conectarse a su PC portátil y funcionar como un módem. ¿La desventaja? Las velocidades son bajas y los costos altos.
Por ejemplo, enchufé a mi portátil un teléfono Cingular 3125 Windows Mobile (US$150, con un plan de dos años, http://www.cingular.com/3125) y me conecté a través de la red GPRS de Cingular (con una velocidad máxima de 230 kbps). Pero con cobros de itinerancia de 99 centavos por minuto, el servicio rápidamente me llevaría a la ruina. Los costos de itinerancia y el acceso a las redes de datos varían mucho de un país a otro, pero el servicio nunca es barato, así que reservamos el teléfono móvil/módem estrictamente para casos de emergencia. Si usted cree que va a tener que utilizar este tipo de servicio, no deje de ajustar su cliente/servidor de correo electrónico para que retenga los mensajes grandes y trate de visitar sitios diseñados especialmente para dispositivos de mano a fin de controlar los gastos.
Saque la tarjeta
Si hubiéramos viajado más que unas pocas semanas, habría optado por una tarjeta de acceso inalámbrico con un plan para datos (probablemente de alguno de los operadores móviles europeos a fin de evitar los enormes gastos de itinerancia). Los principales proveedores del servicio telefónico de EE.UU. venden tarjetas inalámbricas por alrededor de US$50 con un plan de dos años; los planes de datos ilimitados oscilan entre US$50 y US$80 mensuales. Pero cuidado con la definición de “ilimitado” de algunas compañías telefónicas. Por ejemplo, el plan de Verizon Wireless (http://www.verizonwireless/bba) prohíbe la transferencia continua de audio o vídeo, el uso de Webcams, el acceso a redes de compañero a compañero y la descarga de más de 5GB de datos por mes. Lea la letra pequeñas antes de firmar.
Muchas veces nos encontramos en concurridos cafés de Internet, pagando de US$4 a US$8 la hora por conexiones erráticas en terminales viejas. No obstante, a medida que se extiendan las redes celulares 3G y el WiMax en áreas metropolitanas, todos llegaremos a estar envueltos en una nube homogénea de conectividad con alta velocidad. No será este año ni el próximo, pero ese día vendrá. Brindemos para que así sea.