Aprenda cómo escoger cuál formato de archivos debe usar para sus necesidades
La próxima vez que añore los viejos tiempos de la computación, recuerde esto: en 1995 teníamos que lidiar con cientos de formatos en los archivos de imágenes y no había dos programas que hablaran la misma lengua. Hoy en día, con sólo un puñado de tipos de archivo para las fotos digitales, estamos viviendo la dulce vida. Aun así, es raramente obvio qué formato de archivo será el mejor para una imagen determinada. Aquí explicamos los puntos fuertes y las debilidades de los tres formatos más comunes que se emplean para almacenar las fotos digitales.
Siga la corriente principal con JPEG: Este formato es el modo predeterminado que las cámaras digitales emplean para guardar fotos, y todos los programas de edición o visualización de fotos pueden leerlo. Como el nivel de compresión de JPEG se puede ajustar, usted puede hacer sus archivos más pequeños, sacrificando así la calidad de la imagen por la portabilidad.
Si usted es un fotógrafo casual que toma sus fotos, las imprime y las comparte sin editar mucho en el proceso, quédese con JPEG. Pero asegúrese de configurar su cámara para que capte las fotos a un nivel de compresión bajo, que equivale a la calidad de imagen más alta. Usted siempre puede reducir la calidad más tarde para achicar el archivo, pero no podrá recuperar los datos de la imagen perdidos.
Por supuesto, JPEG tiene una desventaja. Cada vez que usted hace un cambio en una foto y lo guarda, estará reduciendo la calidad de la imagen. Es como hacer una fotocopia de una fotocopia: llegará un momento en que la pérdida de detalles será muy obvia, aun cuando utilice siempre la calidad más alta disponible.
TIFF mantiene la calidad: El formato de compresión de imagen TIFF es muy apreciado porque es un formato sin pérdida, es decir, ninguna parte de la información se pierde durante la compresión (a diferencia de la compresión “con pérdida” de JPEG). Los archivos TIFF son más grandes que los JPEG comparables, pero se podrá retener cada píxel y cada matiz de color cuando usted cree, edite o guarde un TIFF.
Con TIFF usted tampoco tendrá que lidiar con el bagaje adicional que acompaña al formato RAW (que consideraremos en un momento) ni preocuparse de que los JPEG desechen alguna información de color cada vez que guarde una foto. Para mejor calidad, configure su cámara de manera que guarde las fotos como archivos TIFF y guárdelos después de esa manera. O mantenga las fotos en su cámara en la mejor calidad JPEG y entonces, después de editarlas en su PC, escoja Archivo•Guardar como y seleccione TIFF. Es posible que pierda un poco de calidad casi imperceptible con la primera copia JPEG, pero una vez que el archivo esté en TIFF, la calidad se mantendrá de ahí en adelante.
Sin embargo, el formato tiene una desventaja: los archivos TIFF tienen un tamaño mucho mayor que los JPEG y el formato no es tan universal como este último. Todavía es necesario guardar una copia de la imagen TIFF como JPEG para compartirla por medio del correo electrónico o en un sitio de la Web.
A los fanáticos de la fotografía les encanta RAW: Para exprimir hasta la última gota de calidad de sus fotos, use el modo RAW de su cámara (si lo tiene). RAW es un formato sin pérdida y ofrece más profundidad de color (12 bits de color por píxel, comparado con 8 bits por píxel para JPEG y TIFF). Esto le permite a usted extraer más detalle de sus fotos en programas de edición como Adobe Photoshop y Photoshop Elements. Su cámara guarda los archivos RAW antes de aplicar cualquier efecto de balance de blanco, de agudizar u otros. Es un archivo original no procesado que ofrece una libertad de creatividad ilimitada. Desafortunadamente, cada fabricante de cámara tiene su propia variante de RAW y a veces los distintos modelos del mismo fabricante de cámara varían en el manejo del formato. Por ejemplo, Nikon llama 'NEF' a sus archivos RAW, mientras que Canon emplea 'CRW' y 'CR2'. Los archivos RAW también requieren más trabajo de su parte. Usted tendrá que aplicar el balance de blanco, ajustar los colores y quizás agudizar la imagen. Y como no puede guardar sus cambios en un archivo RAW, tendrá que guardar dos copias de sus fotos: la versión RAW original y otra JPEG o TIFF del archivo modificado. No obstante, los fanáticos de la fotografía no se conformarían con otra cosa.
Pruebe un formato alternativo: PNG es ahora el formato de imagen predeterminado para las pantallas captadas por las Mac y casi todos los navegadores lo pueden abrir. Además, todos los programas de edición de fotos ofrecen su propio formato exclusivo. ¿Por qué usar el formato PSD de Photoshop? Porque no pierde información y además conserva las capas, por lo cual usted podrá volver a un proyecto de edición justamente donde lo había dejado. Sin embargo, los formatos exclusivos generalmente no pueden abrirse fuera del programa que los creó, así que usted tarde o temprano necesitará guardar los archivos como JPEG para compartirlos.
–Dave Johnson