Después de embelesarse con algunos de los productos que presentamos en este número, usted podría estar anticipando una compra o dos.
Me alegro por usted. Según Claudia Senik, una profesora francesa de economía citada hace poco en el periódico The New York Times, la expectación pudiera darle más placer que la compra en sí. Si esto es cierto, y sospecho que lo es, no corra enseguida a comprar esa nueva maravilla. Simplemente espere y disfrute la expectación.
Si hay alguien que necesita una nueva PC, ése soy yo. Todavía tengo una que es contemporánea de Windows 2000. Pero Vista se ha vuelto a demorar y, cuando escribo este artículo, Microsoft todavía no ha explicado qué clase de máquina se necesita para usarlo. Mientras no lo sepa, no voy a comprarme otra PC.
Y aun después de que Microsoft publique las especificaciones del hardware, quizás para cuando usted lea estas líneas, los usuarios como yo se acordarán de la vez anterior, cuando las máquinas “listas para Windows XP” no se pudieron actualizar a la perfección por culpa de uno o de varios controladores. Por eso esperaremos por una PC que ya tenga el nuevo SO instalado, después de que pase por la primera ronda de errores y de investigar la situación de los controladores para nuestros periféricos. Bueno, por ahora lo que tengo es algo mejor que una computadora nueva: ¡un mar de expectativas!
Vista no es lo único que tiene una señal de “Alto” más grande y más roja que las de una intersección urbana. Los próximos reproductores con Blu-ray podrán brindarnos el vídeo de alta definición en el formato 1080p, o 1080 líneas progresivas de información cada 60 segundos. Muchos de los televisores actuales pueden mostrar ese formato, pero sus fabricantes no mencionan que las entradas de esos aparatos por lo general sólo aceptan la señal entrelazada en el formato 1080i, que incluye menos información y que los circuitos internos entonces convierten. La imagen resultante no es nada despreciable, pero como es probable que 1080p sea durante mucho tiempo la norma para la resolución más alta, ¿para qué conformarse con una pantalla que no pueda manejarla sin algún tipo de conversión?
Y no se olvide de la protección contra copias. Esos pioneros que han comprado los primeros equipos de HDTV están descubriendo que sus costosos juguetes no pueden trabajar con los esquemas que Hollywood ha ideado para poner cercas en torno al contenido en alta definición. Lo mismo sucederá probablemente con los propietarios de monitores actuales que intenten conectarlos a computadoras equipadas con discos Blu-ray y otros formatos de alta definición.
Otro tanto puede decirse de las redes Wi-Fi. Los últimos productos siguen un “borrador” de la norma 802.11n que aún no ha sido ratificado. Aunque se supone que los enrutadores y las tarjetas trabajen con sus compañeros de marca, es posible que no reconozcan a otros modelos y que no se puedan actualizar a la norma final. Conclusión: es posible que el equipo que usted compre el próximo año no pueda aprovechar todo su potencial en su red “borrador”.
La expectación puede crear la felicidad, pero comprar demasiado temprano casi siempre trae frustraciones. Si compró uno de los primeros modelos de impresoras de inyección de tinta, una pantalla plana de US$800 con la resolución de un mosquitero, o una cámara digital subVGA, la expectación que despertó la compra fue mucho mejor que el producto, que probablemente desde entonces ha sido relegado al garaje o al basurero. Los que dejan las cosas para más tarde terminan con mejores productos y menos dolores de cabeza.
¿Cree que no? Tengo en mi armario una IBM PCjr original que le vendería con gusto. Tal vez sea uno de los peores productos de tecnología de todos los tiempos, pero en su día todo el mundo la esperaba con ilusión.
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¿Quiere ser un usuario satisfecho con la tecnología?
Sepa esperar.
Texto de la ilustración: ¡No espere!